Luchar contra la burbuja o luchar contra la Fed

Juan Carlos Ureta Domingo, presidente ejecutivo Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 11 ene, 2021 19:29 - Actualizado: 09:25

Tal y como pensábamos al terminar nuestro anterior comentario, las Bolsas han iniciado el 2021 con el mismo tono alegre y confiado con el que terminaron el 2020. El pequeño amago de corrección que asomó el lunes por la tarde y que hizo retroceder al S&P y al Nasdaq el 1,5% en la primera sesión del año, fue rápidamente corregido a partir del martes, en una nueva remontada que finalizó el viernes con récords históricos del S&P y del Nasdaq, tras la ya habitual y oportuna subida de última hora.

Al final, la primera semana del año se ha saldado con subidas del 2,6% para el Eurostoxx, del 1,8% para el S&P, del 2,4% para el Nasdaq, del 2,8% para el Shanghai Composite y 4,8% para el MSCI de Bolsas emergentes en dólares. Nuestro Ibex ha destacado esta vez con una subida semanal del 4,1%.

En los dislocados mercados financieros del mundo post Covid nunca pasa nada y ello da pie a un comprensible optimismo de los inversores, completamente ajenos a cualquier sensación de riesgo, por más que la situación de fondo no deje de ofrecer algunos motivos de inquietud. El Banco Mundial ha emitido esta misma semana un informe, que ha pasado totalmente desapercibido, en el que pronostica una "década perdida" para la economía global, y rebaja la media de crecimiento de estos próximos diez años por debajo del umbral del dos por ciento, situándola en el 1,9%. Basa esa estimación principalmente en dos factores: el envejecimiento de la población y la caída de la productividad, provocada en parte por las disrupciones en el sistema educativo.

El mundo financiero, sin embargo, está muy alejado de esas oscuras predicciones, y, por el contrario, son mayoría quienes piensan, tal vez con acierto, que las Bolsas están iniciando una fase alcista de largo plazo que durará varios años. El argumento esencial es que los Bancos Centrales van a extender a las Bolsas el mismo modelo que han aplicado a los bonos, es decir, van a comprar, a medida que vaya haciendo falta, acciones hasta donde haga falta, sin límite y sin mirar demasiado a los fundamentales. Eso es exactamente lo que ha llevado a los bonos a ofrecer los tipos de interés ridículamente bajos que hoy tienen, incluidos los bonos de peor calidad. Recordemos, como dato más reciente, que en abril de este año la Fed decidió extender sus compras a los bonos basura, provocando un fuerte "rally" en los bonos de alto riesgo ("high yields").

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