Los flujos marcan la dirección de las bolsas

Juan Carlos Ureta Domingo, presidente ejecutivo Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 25 may, 2020 18:00
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Decíamos la semana pasada que las Bolsas han pasado, desde el inicio de la crisis del coronavirus, por tres fases: una primera fase de "shock" ante la pandemia y la paralización económica, una segunda de esperanza ante las medidas adoptadas por la Fed y restantes Bancos Centrales y una tercera, la fase actual, de dudas sobre cómo van a ser la economía y el mundo post Covid.

Estamos inmersos de lleno en esta tercera fase y hay algunas cosas que van quedando claras a medida que avanzan las semanas. La primera es que hay mucha liquidez en busca de inversiones, más aún tras las fuertes inyecciones de liquidez acordadas por los Bancos Centrales con la Fed a la cabeza. La segunda es que los inversores ven un mundo de ganadores y perdedores una vez que pase la pandemia. La tercera es que el dinero huye del bando de los perdedores y se apresura a posicionarse a la mayor velocidad posible y sin importarle demasiado los precios, en los valores que considera que van a ganar.

Nada de esto es totalmente nuevo. En el mundo pre Covid, el de fines de 2019 y principios de 2020, ya estaba muy claro que había más dinero en el mundo que inversiones atractivas, que el dinero se dirigía de forma cada vez más decidida hacia los mercados y valores considerados de calidad y de futuro, y que ese movimiento de flujos de liquidez impactaba en los precios de los activos, dejando en un segundo plano las valoraciones fundamentales.

En el 2019, como ya había sucedido en el 2017, el dinero se dirigía sobre todo a las Bolsas americanas, y dentro de ellas a los valores tecnológicos, con preferencia hacia los llamados FAANG (Apple, Amazon, Google, Facebook, Microsoft...). En lo que a Europa se refiere solo la Bolsa alemana realmente atraía un flujo de inversiones suficientemente relevante, mientras otras como la española, sin ser completamente olvidadas en un mundo en el que la inversión es necesariamente diversificada y global, eran relegadas de forma sistemática por los grandes inversores.

Ahora, tras el coronavirus, todo esto sigue siendo así, y además lo es en una escala mayor. La crisis provocada por la pandemia, lejos de cambiar estas tendencias, las ha acelerado y amplificado, provocando una divergencia cada vez mayor en los mercados. Si antes las tecnológicas eran las preferidas ahora lo son más. Si antes las Bolsas americanas estaban por delante ahora lo están más. Si antes la Bolsa alemana era la líder en Europa, ahora lo es más. Esas preferencias mueven la dirección de las inversiones y los grandes flujos de dinero mueven las cotizaciones mucho más que el análisis de los fundamentales. No hay un alejamiento total del análisis de valor, pero lo que realmente mueve al dinero son lo que el premio Nobel de economía Robert Shiller llama las "narrativas". Es decir, los estados de opinión, los relatos sobre cómo va a ser el futuro, las percepciones que se propagan de forma global y a gran velocidad en esta sociedad de la información del siglo XXI.

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