Inflación silenciada, dólar débil y oro al alza tras un rebote bursátil
Javier Molina, analista de Mercados de eToro

La última semana nos dejó una inesperada ola de optimismo en los mercados, con unas bolsas que recuperaron parte del terreno perdido, impulsadas por la aparente calma tras la tempestad.
Sin embargo, a medida que avanzamos, conviene recordar que la Reserva Federal sigue en la cuerda floja pues las expectativas de inflación a cinco años de los hogares estadounidenses han repuntado a niveles no vistos en décadas, y en lugar de subrayar con fuerza las recientes subidas de las expectativas de inflación (que normalmente le servirían de excusa para endurecer su mensaje y preparar al mercado para alzas de tipos), ha evitado hacerlo. ¿Por qué? Porque insistir en que la inflación futura se dispara (en gran parte por los aranceles de la Administración y las tensiones comerciales) equivaldría a criticar abiertamente la política del Gobierno.
Al mismo tiempo, el dólar, cada vez más cuestionado como refugio global, ha cedido casi un 10 % en lo que va de año, reflejo de la desconfianza que despiertan las tensiones geopolíticas y la erosión de los pactos internacionales que habían sostenido su papel de divisa global. No son meros movimientos técnicos, pues un billete verde debilitado encarece la deuda y reconfigura el flujo de capital hacia activos alternativos.
Mientras tanto y en las bolsas, no han sido los inversores minoristas nacionales ni extranjeros quienes han marcado el paso, sino los hedge funds, pues contabilizan cerca de 750.000 millones de USD en ventas de renta variable americana, protagonizadas tanto por sistemas cuantitativos (CTA) como por fondos long/short. Este “desapalancamiento” sofisticado ha devuelto gran parte del dinero a cash, fijando un pulso que podría marcar nuevas sacudidas de volatilidad.
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Pese al ruido, algunas compañías demuestran que la calidad sigue premiándose. Alphabet, por ejemplo, ha registrado un crecimiento de ingresos de más del 12% y un beneficio neto que crece a doble dígito, anunciando además 70.000 millones de USD en recompras de acciones y dividendos. Es el tipo de fortaleza empresarial que puede anclar la parte defensiva de nuestra cartera cuando la marea sube y baja con brusquedad.
Por si fuera poco, un indicador centenario como es la ratio S&P500/Oro, ha roto a la baja su media móvil de diez años, algo que solo ocurrió en 1931, 1971 y en 2002, precediendo cada vez un gran ciclo de peor comportamiento del oro frente a las acciones. Puede sonar a “deja vu”, pero los patrones históricos importan, e ignorar esta señal sería renunciar a la oportunidad de ajustar el balance entre riesgo y refugio sin caer en excesos de pánico o codicia.
Y aunque no sea el eje central de nuestra historia, valga recordar la voz de alerta que el FMI lanzó este mes, apuntando a valoraciones todavía exigentes, un apalancamiento creciente fuera del perímetro bancario y niveles récord de deuda soberana, en lo que parece ser un claro cóctel peligroso que obliga a ser muy selectivos y a no confiarse por un rebote pasajero.
Estamos, en definitiva, ante un momento decisivo tras un lógico rebote de las bolsas, estas próximas dos semanas pueden perfilar si el mercado retoma la senda alcista con cimientos sólidos o si, por el contrario, la volatilidad se reactiva y obliga a ajustar las velas. Esa definición será la clave para navegar sin exceso de riesgo ni omisión de oportunidades.
¿Qué vigilar esta semana?
La próxima semana será especialmente intensa en dos frentes. Por un lado, centenares de compañías presentarán sus resultados del primer trimestre, con el protagonismo de los “Magnificent 7” con Apple, Microsoft, Meta Platforms y Amazon, acompañados por firmas como Visa, Coca-Cola, Pfizer, Spotify, Starbucks, Exxon Mobil o Chevron. Estos reportes marcarán el pulso de la confianza inversionista y ofrecerán pistas sobre la salud de sectores clave, desde tecnología hasta energía y consumo.
Y, en el plano macro, el US Bureau of Labor Statistics publicará el avance del PIB del primer trimestre y el índice PCE subyacente (la medida de inflación que más vigila la Fed), mientras las noticias sobre aranceles siguen amenazando con añadir volatilidad. En conjunto, en estas dos semanas sabremos si el reciente rebote bursátil logra consolidarse sobre fundamentos sólidos o si, por el contrario, una oleada de datos y resultados impulsa de nuevo la volatilidad.