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Flickr / Famzoo

La nueva era de debilidad del dólar es uno de los grandes temas que las casas de análisis destacan de cara a 2021. El paulatino declive de la moneda la sumirá en un ciclo bajista contra el resto de divisas del G10 y de economías emergentes el próximo año, que se verá exacerbado por la distribución de la vacuna contra el coronavirus, la reapertura y recuperación de las economías y el impulso al comercio global. Algunos bancos de inversión se atreven, incluso, a dar una cifra de lo que podrá ceder la moneda estadounidense: “Un 20%”, según Citigroup.

“Las campañas de vacunación contrarrestarán todas las señales que apuntan a un mercado bajista, lo que permitirá que el dólar siga una senda similar a la que experimentó desde inicios hasta mediados de la primera década de este milenio, cuando la divisa de EEUU inició un giro bajista de varios años”, aseguran los estrategas del banco estadounidense. En 2001, el catalizador que inició la tendencia descendente de varios años en el dólar fue la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio. Eso "estimuló una ola de globalización, empujando los volúmenes de comercio mundial hacia cotas más altas, dejando atrás la cerrada economía de EEUU", señalan en Citigroup.

Los expertos de Morgan Stanley coinciden con este diagnóstico, pero rebajan la caída a sólo el 4% en el índice del dólar -que mide su desempeño contra una cesta de seis divisas rivales- hacia finales del año próximo. El consenso espera también que el índice que mide el ‘billete verde’ para 'Bloomberg' se deje un 3% en el mismo período. La mayor caída histórica de este índice se produjo en 1985, cuando cedió un 18,5%.

“El sentimiento de los inversores se ha mantenido mixto hacia las monedas de los principales países y de las naciones emergentes”, indican por su parte desde Monex Europe, ya que las noticias sobre la vacuna han entrado en competición con la actualidad electoral en Estados Unidos y el avance de la segunda oleada de la pandemia en Europa y EEUU. “Más allá de la coyuntura, la tendencia general del dólar se mantiene negativa, aunque se ha visto un desempeño más débil en otras monedas refugio como el yen y el franco suizo”, elaboran estos economistas.

Una vez que pase la novedad de los titulares sobre las vacunas, “los inversores del dólar probablemente se centrarán en la velocidad y eficacia con la que se lleva a cabo la vacunación en todo el mundo”, prosiguen desde Monex. Pero es innegable el efecto que estas informaciones han causado en la divisa. Sin ir más lejos, el índice del dólar que sigue ‘Bloomberg’, que ha perdido cerca de un 11% desde su máximo de marzo, ha sufrido presión adicional con las noticias de la efectividad de la vacuna de Moderna, que también han pesado en otros ‘safe havens’, como los bonos del Tesoro.

Los analistas llevan meses postulando que los comicios presidenciales, los avances en la lucha contra el virus y la política de la Reserva Federal darían un serio golpe a la moneda. Por el momento, el resultado electoral no ha sido el gran catalizador de las caídas, pero Citigroup señala que el amplio telón de fondo macroeconómico sí marcará el compás del declive del dólar en el futuro.

Recomiendan los expertos, en una entrevista con ‘Bloomberg’, ponerse “largos” en el dólar australiano y la corona noruega, ya que ambas son monedas vinculadas a productos básicos que deberían beneficiarse de una recuperación mundial. Además, Noruega "tiene un banco central relativamente ‘halcón’ comparado con un mar de ‘palomas’ en el resto del mundo y la moneda está muy infravalorada".

Citigroup espera que además del impacto de los avances de las candidatas contra el virus, el dólar se vea afectado por la postura ultraflexible de la Fed, a medida que la economía mundial se normalice, el resto del mundo probablemente crezca a un ritmo más rápido y los inversores roten de los activos estadounidenses a los internacionales. Y si la curva de rendimiento de Estados Unidos se hace más pronunciada a medida que las expectativas de inflación aumentan, “incentivará a los inversores a realizar operaciones de cobertura en divisas”, agregan. “Dada esta situación, existe la posibilidad de que las mayores pérdidas del dólar se concentren en los primeros momentos", con una caída más lenta a medida que avance el año.

"Hay muchas razones para ser optimistas" en cuanto al desarrollo de la vacuna, insisten estos estrategas. La distribución “disparará la siguiente etapa más baja en la tendencia descendente estructural del dólar que esperamos”, rematan.

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