bolsillo vacio

Este año ni siquiera su cuñado, el que se forra con todas sus inversiones, ha ganado dinero (sí, en la cena de Nochevieja mintió). Bastante suerte ha tenido si no ha perdido. Más allá del magro consuelo de que uno invierte a largo plazo -una inversión a largo es una a corto que ha salido mal-, este horroroso 2018 nos enseña que invertir no es nada fácil y requiere hacer algunos deberes. Y 2019 se presenta muy complicado.

En 2018, los inversores en bolsa o en fondos de renta variable han sufrido pérdidas importantes, que han sido incluso mayores si han elegido valores aparentemente sólidos: unos supermercados como DIA, una televisión como Mediaset o Atresmedia, o una constructora como OHL. Y tampoco está mal lo que han caído los bancos, las hoteleras y las tecnológicas, por hablar solo de España.

Seguir la moda de la gestión pasiva e indexarse ha supuesto perder lo mismo que el índice. Apostar por la gestión activa tampoco ha resultado bien en la gran mayoría de los casos; e incluso ha habido algunos sangrantes, como el del mejor inversor de la historia en España, Francisco García Paramés, que ha tenido un año nefasto.

Todo esto demuestra que gestionar un patrimonio, aunque sea modesto, es muy complicado. Elegir valores o fondos de inversión es una tarea ingente; e incluso con un buen análisis, el mercado puede ir en tu contra y acabar perdiendo.

Lo que seguro que va a salir mal es invertir sobre la base de análisis lastrados por los conflictos de interés -la mayoría de los de brokers y bancos de inversión- o de informaciones poco fiables o directamente inventadas. El caso de DIA nos ofrece muchos ejemplos de las dos cosas, con los accionistas como grandes perdedores. O entregar el dinero a famosillos de tres al cuarto que salen por la tele pero no tienen ni idea de mercados.

EL ASESORAMIENTO DE CALIDAD, CADA VEZ MÁS ESCASO

¿Y si uno prefiere delegar la responsabilidad de la gestión de su dinero en un asesor profesional? Es el consejo que seguramente le van a dar en el sector, pero cuidado. Muchos asesores, en especial los bancarios, no siempre le van a ofrecer los mejores productos para usted, sino para ellos: los que más comisiones le dejan o los que menos costes les suponen.

No nos engañemos: el asesoramiento bueno de verdad solo está al alcance de los grandes patrimonios. Para los demás, lo habitual es una serie de carteras modelo o fondos perfilados, y a correr. Con el único objetivo de no perder más que el índice para que el cliente no proteste. Por no hablar de la vergonzante gestión de la mayoría de los planes de pensiones. Y esta mala calidad del asesoramiento para los patrimonios más bajos se va a exacerbar con la MiFID II y el incremento de costes que supone para las entidades.

Entonces, ¿cuál es la alternativa? ¿Dejar el dinero en el banco? Pues tampoco, porque las cuentas y los depósitos dan un cero patatero de interés (hasta la 1, 2, 3 del Santander ha dejado de ser atractiva). Por tanto, la única forma de obtener rentabilidad para los ahorros es invertirlos. Y esa rentabilidad cada vez es más necesaria en vista de la situación de las pensiones. Pero hay que hacerlo con cuidado, eligiendo bien, estudiando las opciones y sin dejarse guiar por el director de la oficina ni por su cuñado. Y, por supuesto, hay que estar dispuesto a asumir pérdidas; quien no arriesga no gana.

Para invertir con éxito, los análisis independientes y las noticias serias y rigurosas son imprescindibles. En Bolsamanía y en nuestra nueva web de fondos, FundsNews, seguiremos ofreciéndoles ambos en 2019 y esperamos consolidar nuestra posición como el medio financiero de referencia en España. Feliz año nuevo.

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