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Alberto Sánchez

El descalabro de FTX ha puesto patas arriba al mercado de las criptomonedas. Tras varias semanas de pocos movimientos y una inusual volatilidad, la revelación de que la firma de Sam Bankman-Fried tenía un agujero de más de 8.000 millones de dólares ha dado un vuelco a la situación. De tal magnitud es el problema que hasta Binance ha renunciado a adquirir a uno de sus principales competidores. La crisis del ‘exchange’, que recuerda peligrosamente al ‘crash’ de Terra, ha generado una reacción casi unánime entre los principales actores del sector: la regulación es más necesaria que nunca.

“Uno de los puntos de esto es que sucesos como este remarcan la necesidad de contar con una regulación fuerte en todo el ecosistema y esperamos la pronta aprobación del texto definitivo de MiCA (‘Markets in Crypto Assets’, el reglamento de la Unión Europea)”, explica Enrique Palacios, director de cumplimiento regulatorio de Onyze, en declaraciones a Bolsamanía. Este experto cree que cuanto antes tengamos una regulación que establezca las normas para “todos los actores del ecosistema”, antes “estarán protegidos los inversores y se pondrán las bases para evitar sucesos no deseados” como este.

A Palacios se le suman voces como la de Brian Armstrong, consejero delegado y cofundador de Coinbase, quien ha señalado que este colapso ha sido provocado por la falta de regulación de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés). “FTX.com era un ‘exchange’ extraterritorial no regulado por la SEC. El problema es que la SEC no consiguió crear claridad normativa aquí en Estados Unidos, por lo que muchos inversores estadounidenses (y el 95% de la actividad comercial) se trasladaron al extranjero. Castigar a las empresas estadounidenses por ello no tiene sentido”, ha indicado Armstrong en respuesta a un tuit de la senadora demócrata Elizabeth Warren.

La senadora indicó que el colapso de FTX “demuestra que gran parte de la industria parece ser humo y espejos”. “Necesitamos una regulación más agresiva y voy a seguir presionando a la SEC para que haga cumplir la ley y proteja a los consumidores y la estabilidad financiera”, ha indicado. El tuit también ha provocado la respuesta de Brad Garlinghouse, CEO de Ripple, muy crítico con el papel de la SEC, en parte por el litigio que su compañía mantiene con el regulador estadounidense, que ha indicado que “para proteger a los consumidores, necesitamos una orientación normativa para las empresas que garantice la confianza y la transparencia”.

“Hay una razón por la que la mayor parte del comercio de criptomonedas se realiza en el extranjero: las empresas no tienen ninguna orientación sobre cómo cumplir la ley en los Estados Unidos”, ha afirmado Garlinghouse, quien ha comparado la situación con la de Singapur, un país con “un marco de licencias, una taxonomía de ‘tokens’ establecida y mucho más”. “Pueden regular apropiadamente las criptomonedas porque han hecho el trabajo de definir lo que es "bueno" y saben que todos los ‘tokens’ no son valores (a pesar de lo que insiste el presidente Gensler)”, ha añadido.

En este sentido, desde Onyze creen que cualquier regulación será beneficiosa ya que “va a haber más de la que hay ahora, que es muy poca”. “Lo que ha provocado la caída de FTX son las sospechas de que estaban utilizando los fondos de sus propios usuarios para inflar el valor de su 'token' FTT. Es decir, utilizaban los fondos de los usuarios para ganar más dinero además del que ya les cobraban en tasas. Eso, por ejemplo, con MiCA no está permitido porque te va a obligar a que muestres que tienes segregados tus fondos y los de tus usuarios”, indican desde la firma española.

Por su parte, Kris Marszalek, CEO de Crypto.com, ha indicado que su firma siempre ha mantenido “reservas 1:1 y creemos que hacerlo es el principio operativo más básico”. “Presionaremos para aumentar la transparencia y la regulación de la industria para asegurar que esta es la norma por la que todas las plataformas de criptografía operan. Los consumidores no se merecen menos”, ha indicado. “La adopción global de las criptodivisas depende de ello”, ha sentenciado.

“MANO DURA”: ¿SÍ O NO?

Son muchos los que piden adoptar un enfoque más restrictivo tras la debacle de FTX, uno de ellos el propio presidente de la SEC, Gary Gensler, quien ha señalado que a las empresas de criptografía “se les está acortando la pista de aterrizaje” para cumplir con las futuras regulaciones. En este sentido, el regulador también ha indicado que el ámbito de las criptomonedas es "significativamente incumplidor" y que ya existen leyes claras con la intención de proteger a los consumidores.

En este sentido, el equipo de Julius Baer cree que es evidente que “las regulaciones de las criptomonedas son inevitables, no opcionales” y, sin embargo, el camino que tomen los reguladores puede “desviar la industria de las criptomonedas en direcciones muy diferentes”. “En este momento, las criptomonedas no están bien reguladas y claramente no se debe permitir que funcionen con reservas fraccionarias como los bancos tradicionales”, añade Kelly Chia, analista de investigación de renta variable de la firma suiza.

Sin embargo, los expertos que abogan por una regulación más extensa y precisa también creen que adoptar más mano dura de la debida puede no ser beneficioso. “Es un sistema que ahora mismo está naciendo y la innovación se puede coartar si impones una regulación muy restrictiva que no te permite desarrollar nuevos productos”, explican desde Onyze.

Armstrong también se sitúa en este frente y cree que la “tentación de pedir más mano dura” solo hará “que el problema de las compañías y usuarios de criptomonedas yéndose fuera empeore”. “Debemos seguir trabajando con los responsables políticos para crear una regulación sensata para los intercambios/custodios centralizados en cada mercado (como venimos haciendo desde hace tiempo), pero luego necesitamos que se aplique la igualdad de condiciones, algo que no ha sucedido hasta la fecha”, ha subrayado en su cuenta de Twitter.

Coinbase, que “no tiene exposición material a FTX”, está “constituida en Estados Unidos y cotiza en bolsa porque creemos que la transparencia y la confianza son muy importantes”, ha indicado Armstrong. “Todos los inversores y clientes pueden ver nuestras finanzas públicas auditadas, que muestran cómo mantenemos los fondos de los clientes. Nunca hemos emitido un 'token' de intercambio”, ha añadido.

Asimismo, Armstrong ha recalcado que la cuestión es que “los reguladores se han centrado en cada uno de sus respectivos mercados, mientras que los clientes se han trasladado a empresas con prácticas comerciales más opacas y arriesgadas lejos de sus fronteras”. “Eso es malo para EEUU y los estadounidenses siguen perdiendo dinero en estas explosiones en el extranjero”, ha sentenciado.

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