¿Una inversión sólida?
Jeroen Blokland, fundador y jefe de investigación de True Insights
El presidente de los Estados Unidos, Biden, está ganando. Ayer, se aprobó un proyecto de ley de infraestructura de 550 mil millones de dólares en una votación bipartidista del Senado. Hoy, los demócratas del Senado aprobaron un marco presupuestario de 3,5 billones centrado en reducir la desigualdad, incluidos los costos fiscales, la licencia familiar pagada, la universidad comunitaria gratuita y varias iniciativas para combatir el cambio climático.
Con el nivel de deuda a PIB ya en 100%, esto plantea la cuestión de la sostenibilidad de la deuda.
Sin embargo, lo que debe tenerse en cuenta es cómo se utiliza la deuda. El aumento de los niveles de deuda a PIB se debe, al menos en cierta medida, a un aumento de la intensidad de la deuda. Ha aumentado la cantidad de deuda necesaria para realizar una unidad de crecimiento.
Pero para muchas de las iniciativas presupuestarias actuales, como el gasto en infraestructura y la reducción de la desigualdad, existe una clara correlación positiva con el crecimiento futuro.
Por lo tanto, al "invertir" en las áreas que más contribuyen al crecimiento, la sostenibilidad de la deuda no tiene por qué convertirse en un problema.
Obviamente, la calidad de la ejecución de las políticas es de importancia aquí. La extrema divergencia en la política entre Trump y Biden lo confirma.
