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La crisis que el pasado año sufrió TSB en el momento de su migración tecnológica ha tenido consecuencias negativas para Sabadell, especialmente económicas. Tanto que la entidad ha decidido que la alta dirección de su filial británica no va a cobrar su bonus correspondiente al ejercicio 2018, lo que le genera un ahorro de 45,5 millones de euros.

En las cuentas publicadas hace un par de semanas por el banco que preside Josep Oliu, Sabadell se apuntó un ahorro de costes extraordinarios de unos 45,5 millones de euros generado por TSB. Se trata de una partida específica de este año, por lo que se presume que no aparecerá en las cuentas del próximo ejercicio.

Fuentes del mercado explican que Sabadell ha decidido que los directivos de TSB no cobren su bonus debido a los problemas que ha sufrido la entidad británica en el momento de su migración tecnológica. A esta circunstancia corresponde esa cantidad.

Meses antes de abandonar su cargo como consejero delegado de TSB, Paul Pester decidió renunciar al bonus que le correspondía, que ascendía a unos 2 millones de libras (2,3 millones de euros al cambio actual). Lo hizo frente al Parlamento británico, asumiendo su responsabilidad en la problemática migración que generó miles de quejas de clientes de la entidad.

En el cargo le sustituye Debbie Crosbie desde el pasado 1 de enero, tras un periodo de transición en el que el presidente de la filial, Richard Meddings, ha ocupado ambos cargos. La directiva procede del grupo bancario británico CYBG.

EL “PASTÓN” QUE HA COSTADO LA MIGRACIÓN

En varias ocasiones, los primeros ejecutivos de Sabadell han reconocido que los problemas de la migración de TSB han costado mucho dinero al banco. “Un pastón”, en palabras de Jaime Guardiola, su consejero delegado, que durante una presentación de resultados analizó la situación con esta sinceridad.

No le falta razón. Sabadell acumula en 2018 un coste extraordinario de 339 millones de euros por impactos posteriores a la migración, a lo que se suman 121 millones de costes extraordinarios directamente relacionados con la migración tecnológica: un total de 460 millones. De esa cantidad, 142,1 millones de euros correspondieron a provisiones por indemnizaciones a clientes y 138 millones de euros a gastos.

Sabadell sufrió en sus cuentas del ejercicio, como consecuencia de estos costes extraordinarios, una caída del 54% del beneficio, que se quedó en 328,1 millones de euros. "Pensábamos que sería un paseo militar y ha resultado una batalla que nos ha costado bastante, pero que al final hemos ganado", afirmó a modo de conclusión el presidente de la entidad durante la presentación de los resultados anuales.

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