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¿Puede la economía mundial seguir expandiéndose con la restricción de los suministros de petróleo? Es la pregunta que se hacen muchos inversores, y a la que los expertos de Bank of America (BofA) tratan de responder en uno de sus últimos informes. En concreto, se hacen eco de las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania y dejan claro que hay un punto máximo de reducción de importaciones que el mundo podrá soportar antes de entrar en recesión.

"Nuestras estimaciones sugieren que el mundo puede soportar una interrupción total de solo unos 2 millones de barriles diarios de petróleo ruso sin arriesgarse a una recesión mundial". Es el aviso que han lanzado estos analistas, que destacan que las importaciones europeas de crudo procedentes de Rusia ya han disminuido en unos 700.000 b/d y ahora caerán aún más tras haber acordado la Unión Europea el veto al 'oro negro'.

En concreto, los Veintisiete han decidido, como parte del sexto paquete de sanciones al Kremlin, prohibir el 90% del crudo ruso para finales de año, aunque la medida afectará de forma inmediata al 75% de las importaciones. Queda fuera del acuerdo Hungría, que hasta ahora había frenado la medida por su gran dependencia del petróleo ruso y por su buena relación con Vladimir Putin.

Ahora la situación se complica, porque el veto al petróleo ruso puede afectar a la demanda de energía, que según BofA ha ido siempre de la mano del crecimiento del PIB mundial. Se han "movido en paralelo durante décadas", de forma que "cada cambio del 1% en el PIB mundial tendía a traducirse en un cambio del 1% en la demanda de energía", y no se sabe si la tendencia se mantendrá. Y es que, dicen estos expertos, "ajustar la demanda mundial de energía o petróleo a la baja no será fácil, ni siquiera en un entorno de recesión normal".

Como dicen, "solo las grandes recesiones económicas han provocado contracciones de la demanda de petróleo superiores a 2 millones de barriles diarios", que es el límite del que habla BofA. Sin embargo, los analistas del banco recuerdan que las exportaciones rusas de energía se situaban en 8 millones de b/d antes de que comenzara la guerra, lo que "subraya la dificultad de bloquear grandes cantidades de petróleo ruso en el mercado mundial a medida que se agotan las existencias y se reduce la capacidad de la OPEP+".

Porque los inventarios de petróleo están ya en un punto "peligrosamente bajo". "Para el próximo año, la demanda de petróleo podría acercarse a los niveles anteriores a la guerra, pero solo si la producción rusa se mantiene cerca de los 10 millones de b/d y los suministros de la OPEP+ aumentan", dicen los estrategas de BofA.

LA RECESIÓN EN EUROPA, INEVITABLE

En cualquier caso, el golpe para Europa de las últimas medidas adoptadas contra Rusia es inevitable. "La economía de la Eurozona sentirá el impacto de este embargo tarde o temprano", apuntan los estrategas de Rabobank, que creen que la zona del euro "entrará en recesión a finales de este año o principios de 2023".

Y es que la prohibición acordada por la UE llega en medio de una inflación ya elevada y una intensa presión sobre la cadena de suministro, lo que empujará a la Eurozona, sin remedio, a una recesión. La pregunta que hay que intentar responder ahora, dicen los analistas del banco holandés, es cómo de profunda será. "Será cada vez más difícil que la economía siga registrando cifras positivas de crecimiento, ya que el impulso de la reapertura se desvanece", por lo que pese al apoyo de los gobiernos, la región del euro "no podrá evitar una recesión".

"Estamos ante una crisis inducida por un choque de oferta y no se puede resolver un choque de oferta aumentando la demanda", apuntan desde Rabobank en referencia al veto al petróleo ruso. De hecho, remarcan estos expertos, "el apoyo a gran escala podría incluso lograr lo contrario, ya que podría apoyar la demanda para la que hay una oferta demasiado limitada" de crudo.

Asimismo, destacan que aunque el aumento de la inflación y la escasez de oferta de petróleo "siguen siendo los principales motores de la desaceleración económica", ven probable que el endurecimiento de las condiciones financieras que llevará a cabo el Banco Central Europeo (BCE) "contribuya a una 'aceleración' de la desaceleración económica".

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