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"El riesgo de recesión aumenta, pero aún no estamos ahí". Son palabras de los estrategas de Oxford Economics, que creen que todavía no estamos al borde del precipicio pese a que los temores apuntan en esa dirección. Hay tres factores (el agresivo endurecimiento previsto por la Fed, el cierre de China y los altos precios de las materias primas) que combinados podrían dar lugar a una recesión mundial, pero "creemos que es poco probable" que vaya a producirse, defienden. Su apuesta es que no habrá una "recesión global en toda regla", sino una desaceleración parecida a la de 2015-2016.

Como explican estos analistas en uno de sus últimos informes, "el crecimiento mundial se está desacelerando, lo que hace temer el riesgo de recesión". Pero en su opinión, "aunque este ciclo económico ha madurado rápidamente", todavía no ven "los factores desencadenantes ni las vulnerabilidades" que puedan llevar a creer que estamos en el precipicio o que el crecimiento mundial podría caer "por debajo del crecimiento de la población, nuestra definición de una recesión mundial".

Los datos disponibles hasta ahora "sugieren una baja probabilidad de recesión mundial en los próximos trimestres", dicen los expertos de Oxford Economics, aunque reconocen que "la probabilidad está aumentando y una desaceleración mundial se convertirá en una amenaza más significativa en 2023". Y es que los riesgos de recesión a nivel de regiones y países "son desiguales". Bajo su punto de vista, los riesgos son mayores en Europa a corto plazo debido al impacto de la guerra en Ucrania en los ingresos disponibles de los hogares y en las cadenas de suministro, mientras que EEUU parece ser el país más avanzado en el ciclo económico y, por lo tanto, podría estar más en riesgo el año que viene.

¿Por qué hay entonces tantas alertas sobre la recesión? Muy sencillo, primero por la inversión (breve) de la curva de tipos en EEUU. Estos movimientos "tienen un buen historial en la predicción de las recesiones y, solo por eso, los riesgos para las perspectivas económicas justifican un examen cuidadoso", dicen estos analistas.

También se refieren a las constantes revisiones del crecimiento económico que han llevado a cabo diversas instituciones, Oxford Economics incluida, que ha rebajado en 1 punto el crecimiento del PIB mundial en 2022 y en 0,5 puntos en 2023, de forma que ahora espera un crecimiento del 3% este año y 3,1% el que viene. Son cifras "sólidas", defienden estos expertos, pero las proyecciones de crecimiento alto y a la baja "son un fuerte indicador de que el ciclo económico se acerca a la madurez".

Pero lo cierto es que "ni la curva de rendimiento ni el ciclo económico dan una buena indicación de cuándo puede producirse una desaceleración". Entonces, ¿se avecina una recesión generalizada? "Ciertamente, no faltan factores desencadenantes que citar", remarcan los analistas de la firma británica, que creen que la actual combinación de previsiones de endurecimiento agresivo de la Reserva Federal (Fed), el cierre de China para contener el Covid-19 y los altos precios de las materias primas como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania son circunstancias inusuales y "probablemente pesarán sobre el crecimiento".

Sin embargo, apuntan, aunque una combinación de los tres factores a la vez "probablemente daría lugar a una recesión mundial, creemos que es poco probable".

PELIGRO A PARTIR DE 2023

Como dicen, sus modelos predictivos no sugieren que una recesión sea inminente, pero sí que "los riesgos aumentarán hasta 2023 y más allá". El modelo de corto plazo estima la probabilidad de que se produzca una recesión mundial en los próximos seis meses. "En la actualidad, esa estimación se mantiene cercana a cero sobre la base de la estabilidad de los precios de los activos y de una curva de rendimiento que no se ha invertido sistemáticamente", remarcan los expertos de Oxford.

No obstante, señalan que las encuestas apuntan a un ciclo industrial mundial que se está ralentizando y, con los vientos en contra en Europa y EEUU derivados de los elevados inventarios, así como de la interrupción de la cadena de suministro, "esperamos que las probabilidades de recesión aumenten con el tiempo".

Por su parte, el modelo que busca hacer una proyección más largo plazo deja claro que los riesgos son muy bajos en 2022 (por debajo del 5%), pero aumentan en 2023 (20%) y más adelante. Estos expertos destacan que, en cualquier caso, hay que tener en cuenta que "las recesiones se producen debido a combinaciones de factores desencadenantes y vulnerabilidades", y aunque han analizado tres de estos desencadenantes (la Fed, China y los precios de las materias primas), lo cierto es que "las vulnerabilidades de la economía mundial aún no son tan evidentes como lo han sido antes de otras recesiones".

"No cabe duda de que con el tiempo surgirán vulnerabilidades, pero considerando la duración de este ciclo, hasta ahora no son evidentes", apuntan. Por tanto, remarcan los analistas de Oxford Economics, si los factores analizados "cristalizan", ven "más probable" que provoquen una "desaceleración similar a la del periodo 2015/2016, más que una recesión global en toda regla". Y destacan que esta desaceleración "puede ser suficiente por sí misma para reducir la inflación y suavizar el ritmo de endurecimiento monetario mundial".

Los estrategas de la firma británica creen que los riesgos de recesión se intensificarán el año que viene. "2023 será probablemente un año de débil crecimiento, y a medida que la economía mundial pase más tiempo en la fase madura del ciclo económico, la probabilidad de que se convierta en una recesión aumentará", concluyen.

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