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EFE

Contrarreloj. Así se van a desarrollar las negociaciones entre EEUU y China este jueves y este viernes en Washington, y a las que va a acudir el viceprimer ministro chino Liu He en un último intento por acercar posturas tras la amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de elevar los aranceles a los productos chinos del 10% al 25%. Sigue habiendo voluntad de acuerdo, aunque puede que las dos potencias no logren entenderse. Y si eso ocurre, dicen los expertos, podría ser fatal para los mercados.

"Si no hay acuerdo entre las dos superpotencias para el viernes, esperamos que los mercados de valores mundiales caigan al menos un 20%", aseguran desde Think Markets. Los inversores llevan varios días bajo la influencia de la amenaza de Trump, y si al final se consuma por la falta de acuerdo con China, las preocupaciones "aplastarían a los mercados y eso intensificaría la venta", remarcan los analistas de esta firma.

En la misma línea se expresan los expertos de Kingswood, que apuntan que las esperanzas de un acuerdo comercial entre EEUU y China "han sido un factor importante para la fuerte recuperación de los mercados", pero ahora con la amenaza arancelaria de Trump, que pone en duda el acuerdo, "no es ninguna sorpresa que las acciones se hayan visto afectadas". De hecho, los analistas están claramente divididos sobre si la táctica de negociación de Trump servirá para cerrar ya el acuerdo o si, por el contrario, solo va a poner más piedras en el camino, prolongando aún más la guerra comercial.

En cualquier caso, a ambas partes les interesa llegar a un acuerdo, y en eso coinciden los expertos, que no obstante creen que puede no llegar a tiempo para evitar que este viernes aumenten los aranceles sobre productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares. Según London Capital Group, "las posibilidades de que las dos potencias resuelvan sus problemas en los próximos dos días de conversaciones parecen escasas". De hecho, remarcan los analistas de esta firma, las tensiones entre ambas potencias ya se ven como "un factor de riesgo inmediato y a largo plazo", más que como un asunto a punto de resolverse.

Por su parte, desde Julius Baer destacan que los aranceles de EEUU "provocarían aranceles de represalia por parte de China sobre las importaciones estadounidenses, lo que llevaría a una escalada de la guerra comercial" y eso podría acabar por afectar a la economía mundial, que puede encontrarse con otro bache justo cuando empezaba a dar leves signos de estabilización. Un análisis con el que coinciden en Bank of America Merrill Lynch, cuyos expertos dicen que "una nueva escalada por parte de EEUU y una probable represalia por parte de China sería una guerra comercial en toda regla, con implicaciones muy negativas para la economía mundial". En esta firma siguen siendo optimistas y creen que, al final, "la lógica prevalecerá y se evitará lo peor", aunque reconocen que "los riesgos han aumentado" considerablemente.

Y también lo ve así el director ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon. En una entrevista con Bloomberg ha dejado claro que todavía cree que habrá un acuerdo (otorga una posibilidad del 80%), pero lo cierto es que las probabilidades de que "algo malo ocurra" se han duplicado. En opinión del CEO, es mejor que no haya acuerdo a que EEUU y China firmen un mal acuerdo. "Puede que lleve un poco más de tiempo, pero creo que deberíamos hacer un trato comercial adecuado", ha señalado.

LOS INVERSORES SOLO ESTARÁN CÓMODOS CON UN ACUERDO

Pase lo que pase esta semana, hay algo claro: los inversores "solo deberían sentirse cómodos en un eventual acuerdo". Como explican desde Natixis IM, EEUU solo puede influir en China mediante el uso de aranceles, y esa es "la nueva normalidad de las relaciones comerciales" entre ambos países. De hecho, dicen estos analistas, la estrategia de Trump es "amenazar con aranceles para llevar a China a la mesa de negociaciones, amenazar de nuevo con mantener las negociaciones en marcha y, por último, si finalmente se llega a un acuerdo, continuarán las amenazas arancelarias para hacer cumplir la ley".

Por eso los inversores solo se contentarán si hay acuerdo, aunque incluso así se mantendrán las dudas porque "seguiremos viviendo en un mundo en el que la distensión comercial puede ser instantáneamente destrozada por un irritante mensaje de texto", concluyen desde esta firma.

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