Danske Bank, el mayor prestamista danés, ha revisado a la baja por segunda vez en menos de seis meses su pronóstico de resultados para el conjunto del ejercicio 2018, que espera ahora cerrar con un beneficio neto de 15.000 millones de coronas danesas (2.008 millones de euros), frente a la anterior horquilla de entre 16.000 y 17.000 millones de coronas danesas (2.142 y 2.277 millones de euros), según ha informado la entidad, salpicada por un escándalo de blanqueo de dinero en Estonia.
Este ajuste a la baja de su pronóstico anual responde a las "difíciles condiciones" en los mercados financieros durante el cuarto trimestre de 2018, que han afectado adversamente a los ingresos netos por intermediación de la entidad danesa en los mercados de tipos de interés, así como a la evolución de los ingresos por comisiones.
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Dudas en torno a Danske Bank tras la dimisión de su CEOAsimismo, el banco danés ha registrado un impacto negativo de 200 millones de coronas danesas (27 millones de euros) por el deterioro del valor de los activos de su unidad no estratégica.
"La revisión de la perspectiva es principalmente resultado del empeoramiento de las condiciones en los mercados financieros durante el cuarto trimestre en comparación con los nueve primeros meses de 2018", ha indicado Christian Baltzer, director financiero de Danske Bank, quien subrayó que el desempeño del negocio subyacente sigue siendo bueno, mientras los depósitos se mantienen a niveles estables, con un crecimiento de los préstamos, principalmente en Noruega y Suecia.
A principios del pasado mes de noviembre, Danske Bank había rebajado ya su pronóstico de beneficios anuales, hasta un rango de entre 16.000 y 17.000 millones de coronas danesas, después de que en julio la entidad hubiese advertido ya de que su beneficio de 2018 cerraría el ejercicio en la parte baja de una horquilla de entre 18.000 y 20.000 millones de coronas (2.410 y 2.678 millones de euros).
Danske Bank señaló en septiembre que estaba analizando, en el marco del caso de blanqueo de dinero, una serie de transacciones por valor de 200.000 millones de euros procedentes de su filial en Estonia durante el periodo comprendido entre 2007-2015.
Las acciones del banco danés llegaban a perder este viernes un 4,8% de su valor, cotizando a un mínimo de 123 coronas por título, cuando al cierre de 2017 su valor superaba las 231 coronas, casi un 50% por encima de su actual precio.
