Los inversores han descartado este indicador de gran sentido común

Carlos Montero

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 11 sep, 2020 10:10
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Algo extraordinario está sucediendo en el mercado de valores de EE.UU. durante los últimos tres meses, las acciones con resultados empresariales de baja calidad se han comportado mejor que aquellas con resultados de alta calidad. Y no por un poquito; sino por la mayor cantidad en décadas.

La calidad de los beneficios, o EQ, es una medida de la consistencia de los beneficios. Las ganancias constantes reflejan negocios saludables con cimientos sólidos e ingresos predecibles, mientras que las ganancias inconsistentes reflejan, en el mejor de los casos, negocios débiles o erráticos. En el peor de los casos, los beneficios inconsistentes podrían ser una señal de cortoplacismo o incluso de fraude, ya que las empresas recurren a medidas únicas como ventas de activos o cambios contables para impulsar artificialmente sus resultados trimestrales.

Los inversores han preferido tradicionalmente empresas que generan beneficios constantes cada trimestre (EQ alto) frente a aquellas cuyos beneficios suben y bajan de manera impredecible (EQ bajo), y han sido recompensados por ello. Desde 2000, una cartera con valores de altos EQ supera al Russell 3000 en un promedio del 2.5% cada trimestre hasta finales de 2019, según los datos financieros de Quandl. A diferencia de otros métodos de inversión como el valor frente al crecimiento, o la pequeña capitalización frente a la gran capitalización, este no es un factor que pase de moda; es solo un indicador de sentido común basado en principios no controvertidos de lo que constituye una buena inversión. Como tal, EQ ha sido en gran medida inmune a la volatilidad del mercado y los ciclos económicos.

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