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2024 se presenta como un año clave en el que, a la hora de invertir, conviene tener en cuenta tres premisas fundamentales. Primero, el entorno económico actual; segundo, los riesgos que acechan, sobre todo en el panorama geopolítico; y tercero, el impacto que las nuevas tendencia fiscales pueden tener en los activos financieros. Dependiendo de lo que ocurra los mercados se comportarán de una forma u otra. Así lo afirman en IG, donde ven que un escenario negativo, en el que "los conflictos geopolíticos se expanden a más países, aumentando la inflación y afectando a Oriente Próximo, el petróleo y el gas", podría provocar caídas en las bolsas de hasta el 48%.

Es una de las conclusiones que aporta Pablo Gil, analista de IG, en su informe 'Perspectivas económicas para 2024'. Como dice, un escenario negativo "llevaría a una situación de estanflación en Europa y Estados Unidos, con persistente presión inflacionista y recesión económica", y además los bancos centrales "tendrían dificultades para contrarrestar la recesión debido a las presiones inflacionistas".

Todo eso afectaría a las bolsas, de forma que para el MSCI Mundial el experto de IG estima un desplome de entre el 33% y el 48% en este escenario. Y en el caso de la bolsa china, la peor de las proyecciones provocaría "la posibilidad de una pérdida de un soporte clave y caídas del 37%".

Asimismo, Gil también analiza el dólar, que en un escenario negativo "puede escalar hasta un 10%-15%, indicando una fuerte demanda de dólares en medio de una crisis global".

¿Y qué pasaría con la renta variable en un escenario positivo, o en el escenario base que contempla IG? El escenario base que maneja este experto proyecta que los conflictos geopolíticos "se mantendrán contenidos entre Israel y Hamás, así como entre Ucrania y Rusia". Además, la inflación "seguirá desacelerándose" en 2024.

Como dice, "aunque Europa entra en recesión a principios de año y Estados Unidos lo hace en la segunda mitad de 2024, se espera que la inflación permita la reducción de los tipos de interés en Europa y un aterrizaje suave en Estados Unidos". Gil ve, en este caso, caídas del 12%-19% para el MSCI Mundial, mientras que en el caso de las materias primas se darían correcciones del 15%-25%, ante una "disminución de la demanda debido a una recesión económica".

En el escenario positivo los conflictos geopolíticos se contienen, y la inflación disminuye más rápidamente de lo previsto, lo que permitiría al Banco Central Europeo bajar las tasas para sacar a Europa de la recesión. "Estados Unidos experimentaría solo un aterrizaje suave, sin recesión. La inflación cedería y los bancos centrales podrían bajar los tipos de interés puntualmente", apunta el analista de IG.

Este escenario indica apreciaciones del 10%-15% para el MSCI Mundial, así como correcciones de los bonos estadounidenses y alemanes hacia el 3,85%-4,25%.

PRUDENCIA Y FLEXIBILIDAD

"En este año desafiante, la prudencia y la flexibilidad son claves para navegar por las incertidumbres económicas y geopolíticas que se avecinan", añade Gil. Este experto ve, de hecho, "probable que pueda pasar como en años anteriores y que el consenso del mercado diste mucho de la realidad que se avecina".

¿A qué se refiere? Pues como dice, aunque hemos empezado 2024 "con la creencia de que por muchos riesgos latentes nada malo sucederá", lo cierto es que "si aplicamos lo aprendido durante los últimos cuatro años, lo que menos visos tiene de ocurrir es precisamente lo que defiende el consenso de mercado".

Y es que según se desprende del informe, el análisis del panorama económico actual en EEUU, Europa, China y Japón revela notables diferencias en el crecimiento económico, la inflación y las políticas fiscales y monetarias. Por ejemplo, en Estados Unidos la inflación interanual está disminuyendo y la subyacente aún supera el objetivo del 2% de la Reserva Federal.

"A pesar de las tres potenciales bajadas de tipos anunciadas por Jerome Powell para 2024, el mercado apuesta por hasta seis recortes de 0,25%, generando dudas sobre su justificación frente a la evolución de la inflación, el empleo y el PIB", asegura Gil.

Mientras, en la zona euro, pese a la corrección de la inflación interanual, la región se enfrenta a la amenaza de una recesión económica. "Aunque el BCE y el Banco de Inglaterra no han ofrecido claridad sobre la reducción de tasas, los inversores pronostican seis recortes del 0,25% para Europa, siguiendo la tendencia de Estados Unidos", resalta el estratega.

Para Gil, en Japón se espera una eliminación gradual del estímulo monetario, planteando incertidumbres sobre los efectos de este cambio tras décadas de políticas expansivas agresivas, mientras que en China la crisis inmobiliaria, el potencial impacto en el mercado crediticio y la intervención regulatoria continuarán generando preocupaciones de cara a los próximos meses.

Todo ello sin olvidarnos del panorama geopolítico, que añade complejidad: la guerra en Ucrania, que persiste sin visos de solución a corto plazo, con una pérdida de apoyo internacional a la causa de Zelenski; mientras que en Oriente Próximo, la guerra entre Israel y Hamás enfrenta crecientes críticas internacionales, y aumenta el riesgo de un conflicto global en una región exportadora de petróleo.

El año, además, trae nuevas tensiones a la cadena logística mundial por la escalada en Irán y el Mar Rojo. "La sombra de Irán y la posible interferencia de los hutíes en el comercio marítimo generan ya las primeras tensiones inflacionistas y cambios en el transporte de mercancías global", dice Gil. Además, las elecciones en Estados Unidos a finales de año, con una potencial victoria de Donald Trump, agrega "no solo incertidumbre, sino que también anticipa cambios significativos en la política exterior del país".

Por último, el experto de IG espera ajustes generalizados en las tendencias fiscales a nivel global, "al menos en Europa", ante los "desafíos en un contexto de endeudamiento histórico".

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