"Chiringuitos, estafadores, vende humos, ladrones de guante blanco... Siempre han existido y existirán"

Moisés Romero

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 21 feb, 2022 12:52 - Actualizado: 08:17
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Te prometen el oro y el moro. Ganancias estratosféricas sin tener que poner mucho dinero sobre la mesa. Solo el suficiente para que te lo roben. Otros venden diamantes y cuadros falsos. Aquellos oro, que no lo es. La moda de especular en Bolsa por Internet alimenta este proceso.

Los Reguladores persiguen las malas prácticas, las denuncian e informan a la población de lo que sucede con estos ladrones. Con frecuencia, no obstante, o los inversores no prestan atención, presa de la avaricia, o se muestran incapaces de controlarlo todo. Una cita: "Si bien las estafas que hemos visto son los mismos fraudes básicos que siempre han acompañado, el flujo de dinero, la velocidad, el bajo costo y el relativo anonimato de Internet dan a los estafadores acceso a un número sin precedentes de inversores inocentes". -Arthur Levitt, 1999

A propósito de los timos recientes en derivados, futuros, opciones. A propósito de los chiringuitos, timos y estructuras piramidales. El fenómeno, aunque algunos lo vistan de nuevo, es muy viejo. La ambición y la avaricia humanas harán que perdure en el tiempo. Hace algo más de seis años escribía lo que sigue: "¿Recuerdas de aquellos tipos que me llamaban todos los días ofreciéndome el maná, opciones sobre café, petróleo, oro y no sé que más palabras sobre Bolsa? Afortunadamente no entré al trapo, pero sí lo ha hecho un conocido mío, que me pidió consejo. Y le advertí del gran peligro de estas prácticas y aventuras, sobre estos timos. Al final ha podido más la ambición, digo yo, y lo han cazado con más de 30.000 euros, según me dice.

Le ofrecieron, como a mí, y a otros miles más, me imagino, fantásticas operaciones en la Bolsa de Nueva York. Primero les entregó 10.000 euros. A las dos semanas le enviaron un apunte contable, manipulado, claro, con 20.000 euros teóricos en su cuenta. Tres semanas después, lo llamó un comercial y ante los exitosos y rápidos beneficios obtenidos le aconsejó que invirtiera otros 20.000 euros. Es decir, 30.000 euros del ala. Cinco meses después y ante la ausencia de noticias trató de contactar con estos pillos ¡vaya pillaje! No están. La oficina cerró. No se sabe nada de ellos.

Cuando repasamos los viejos manuales (han cambiado los hábitos, modos y costumbres, los actores, pero no la esencia del mercado) lees un aserto que perdura con el paso del tiempo: el alza es la mejor propaganda, infalible, para la Bolsa. Sucede lo contrario en épocas de crisis, cuando la miseria sólo transmite desconfianza y rechazo. La Bolsa española quiere estar de moda, de hecho está de moda en algunos portafolios internacionales.

Pelotazos que parecí­an enterrados resurgen del fondo del mercado, con más fuerza que los anteriores. Los pelotazos de la era de Mario Conde son minucias, juego de niños, respecto a los de ahora. Hay millones de ciudadanos mirando las pantallas de las muchas televisiones que concurren en la actualidad y, mordiéndose las uñas, exclaman para sus adentros “qué pelotazo en menos de un día y yo sin poder pagar la hipoteca” Televisiones, radios y periódicos proclaman a los cuatro vientos las excelencias de la Bolsa.

El momento es aprovechado por los telepredicadores para confundir a la parroquia con sus trucos dialécticos, que es la manera de arrimar el ascua a su sardina. Expertos e inexpertos en el análisis técnico y fundamental se dan cita en los mejores foros para alabar la potencialidad de las acciones, que, con frecuencia, han comprado antes.

En esta ofensiva, los timadores profesionales aparecen vestidos con traje y corbata. Los call center de los chiringuitos se han puesto a funcionar las veinticuatro horas del día. “Buenos días, soy fulanita, de la compañía Tal y cuál. Tenemos cuarenta años de experiencia en Bolsa. Le ofrecemos nuestros servicios y le garantizamos una rentabilidad del X% hasta final de año. La Bolsa es ahora la mejor inversión. De acuerdo, pase por nuestras oficinas en la calle…”

El timo del chiringuito financiero, del que tanto alerta la CNMV, se ha instalado en la periferia de los mercados. Se sabe que nadie puede garantizar un X % en la Bolsa, en la renta variable, porque, precisamente, varían de precio las acciones todos los días ¡Cuidado con las carteras!

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero-Lacartadelabolsa

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