La desigualdad en la calidad de vida no aumenta

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 18 ago, 2017 16:30
0cb4486

Cuando hablamos de desigualdad solemos referirnos a desigualdad de la renta: cuál es el grado de dispersión de los ingresos de una sociedad. En muchos países, la desigualdad de la renta lleva varias décadas aumentando: por ejemplo, en EEUU, a comienzos de los 90, la renta después de impuestos del percentil 90 era seis veces superior a la del percentil 10; hoy es más de siete veces superior.

Las mediciones de desigualdad de la renta sufren, sin embargo, de un problema fundamental: no tienen en cuenta que el bienestar de un individuo no depende esencialmente de los ingresos que percibe en este momento, sino de su acceso efectivo a los bienes y servicios que necesita para disfrutar de una buena vida; esto es, depende de su gasto. Evidentemente, el gasto sí depende en parte de la renta presente, pero sólo en parte: las personas pueden gastar con cargo a su renta futura (endeudamiento) o con cargo a la renta que hayan acumulado en el pasado (ahorro). Verbigracia, una persona que posee una vivienda y un automóvil en propiedad (bienes de consumo duraderos) puede disfrutar de servicios de habitación o de transporte aun cuando su renta corriente haya desaparecido. Análogamente, una persona que ahorra la práctica totalidad de sus ingresos no está disfrutando hoy de un elevado tren de vida: tan sólo está acumulando un patrimonio de cara al futuro.

Por eso, no sólo es relevante medir la desigualdad de renta, sino también la desigualdad del gasto en consumo: a saber, cuáles son los diferenciales en la calidad de vida de los distintos ciudadanos que conforman una sociedad. De ahí que, hace algo más de un año, Ignacio Moncada y un servidor decidiéramos publicar un informe en el Instituto Juan de Mariana donde exponíamos que España era un país con una baja desigualdad en el consumo (incluso inferior a la de Finlandia) aun cuando, al mismo tiempo, fuera un país con una desigualdad de la renta media-alta dentro del contexto europeo. Asimismo, de manera mucho más reciente, los economistas Bruce Meyer y James Sullivan han estimado la evolución de la desigualdad en el gasto en consumo dentro de EEUU durante los últimos 50 años: y sus resultados son verdaderamente llamativos.

En primer lugar, la desigualdad del gasto en consumo es sustancialmente menor a la desigualdad de la renta. En concreto, el percentil 90 sólo gasta 3,5 veces más que el percentil 10 (aun cuando disfrute de unos ingresos 7 veces superiores)... Leer Más

contador