Lee Kun-hee, presidente de Samsung Electronic, ha muerto a los 78 años este domingo 25 de octubre tras llevar ingresado desde 2014 por sufrir un infarto, que le dejó incapacitado desde entonces. Su fallecimiento no solo afecta a la empresa que representa más de un 15% del PIB de Corea del Sur, sino que también deja al país asiático sin su hombre más rico.
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El coloso surcoreano estuvo presidido por Lee Kun-hee de forma oficial desde 1987 hasta el presente 2020. Un mandato atenuado por sus dificultades cardíacas desde 2014 y un hiato de dos años, entre 2008 y 2010.
En 2008, y también en 1995, Lee Kun-hee fue declarado culpable de evasión fiscal primero y de sobornar al presidente Roh Tae-woo en segundo lugar. Desde que quedó incapacitado en 2014, su hijo Lee Jae-yong se ha hecho cargo de la compañía viéndose también perseguido por la polémica.
Un año de prisión por un escándalo de corrupción no parece motivo suficiente para que este acabe sucediendo a su fallecido padre al frente de Samsung que, por otro lado, ha experimentado bajo la presidencia del ya fallecido Lee Kun-hee el mayor florecimiento de su historia.
