• Las políticas expansivas siguen sin conseguir impulsar la inflación
  • La Reserva Federal (Fed) tiene además como misión la búsqueda del pleno empleo
  • Los bancos centrales han marcado un punto de inflexión en la historia económica
bce, banco central europeo

Los inversores llevan un año encontrando excusas para dudar. Cuando no es el miedo a la desaceleración de la economía mundial, es la devaluación del yuan chino, o el riesgo de que Reino Unido abandone la Unión Europea, o la incertidumbre política en países como en España. Mientras, la realidad económica es de crecimiento débil y baja o nula inflación, lo que ha dejado a los bancos centrales como las piezas más importantes del tablero.

Hace poco más de una década, los entonces banqueros centrales más importantes, Jean-Claude Trichet en Frankfurt y Alan Greenspan en Washington, se reunían periódicamente con los altos funcionarios del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (Fed) para analizar cómo frenar el repunte de la inflación. Empezaba a haber alguna voz discordante en torno a la posibilidad de que hubiera una burbuja en el mercado de la vivienda que fuera a estallar y llevar a la economía mundial a recesión. Yenet Yellen, ya con Ben Bernanke en la presidencia de la Fed, fue una de estas voces en 2007.

La mayor parte de los bancos centrales tienen como único objetivo controlar la inflación, pero la Fed tiene un mandato dual que incluye buscar el pleno empleo

Sin embargo, entonces no supieron predecir la llegada de la crisis financiera internacional de 2008, el peor crash económico desde 1929. Tras algunas dudas iniciales en muchos casos, los bancos centrales han sido los garantes de que la economía siguiera funcionando, con bajadas de tipos hasta mínimos históricos y programas no convencionales impensables en el pasado, como la compra de bonos públicos o incluso corporativos.

Varios años y muchos miles de millones de euros o de dólares invertidos, la economía se recupera más lenta de lo que les gustaría a los banqueros centrales, que ven con preocupación cómo la inflación está lejos del objetivo del 2% a medio plazo en los casos del BCE y la Fed. Además, han provocado incertidumbre en el mercado, que duda de que estén realizando el diagnóstico adecuado. “Los inversores han empezado a cuestionar las políticas de los bancos centrales y su eficacia”, señalaba al respecto Manuel Arroyo, director de Estrategia de JP Morgan Asset Management España y Portugal.

Sin embargo, no todas las políticas son iguales, ya que desde los tipos negativos de Japón, hasta la posibilidad de subir los tipos este año por parte de la Fed, pasando por el BCE, hay diferencias ostensibles. ¿Cuáles son? A continuación, repasamos las políticas de los principales bancos centrales del mundo.

Gráfico de la evolución de tipos de los principales bancos centrales

*La Fed tenía hasta diciembre los tipos en el rango entre cero y 0,25%, desde entonces entre el 0,25% y el 0,5%

1. RESERVA FEDERAL

El 16 de diciembre el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas), compuesto por diez funcionarios, decidió por unanimidad elevar en 25 puntos básicos la tasa federal de fondos (tipos de referencia), que llevaban anclados entre el 0% y el 0,25% desde 2008. En las reuniones de enero, marzo, abril y junio la institución ha decidido mantenerlos en el rango entre el 0,25% y el 0,5% y ha recortado la previsión de alzas para este año desde cuatro hasta dos. Una decisión basada en que veían perspectivas de mayor inflación y un crecimiento sólido del mercado laboral, las dos variables que tiene por mandato vigilar la Fed, aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recomendado a los bancos centrales dejar sobrepasar temporalmente en algunos momentos la inflación del objetivo para evitar situaciones en las que hay riesgo de deflación como la actual.

El Informe de Empleo de mayo, con la decepcionante creación de 38.000 puestos de trabajo en el peor dato desde septiembre de 2008, y el riesgo del Brexit, aparcaron por ahora un movimiento al alza por parte de la Fed a pesar de la insistencia previa de algunos miembros con derecho a voto de la autoridad monetaria para subirlos en junio.

Esta semana Yellen ha comparecido ante el Congreso de Estados Unidos, y además de descartar el uso de los tipos negativos, ha asegurado que no ve peligro de que Estados Unidos caiga en recesión a finales de año, y ha reiterado su confianza en la economía, aunque sin dar pistas sobre cuándo podrían volver a elevarse los tipos.

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2. BANCO CENTRAL EUROPEO

La autoridad monetaria de la zona euro tiene como único objetivo prioritario el control de la inflación y buscar que a medio plazo se sitúe cerca pero por debajo del 2%, algo que actualmente está lejos de pasar, con el IPC en el -0,1%. Así, en marzo la institución presidida por Mario Draghi, dio una vuelta de tuerca a su ya expansiva política monetaria y redujo los tipos en cinco puntos básicos hasta el 0%. Además, rebajó en 10 puntos básicos el tipo de facilidad de depósito hasta el -0,4%, y aumentó la cantidad destinada a la compra de activos en 20.000 millones mensuales hasta 80.000 millones. Desde aquel 10 de marzo, pocas novedades, salvo iniciar en junio las compras de bonos corporativos y el programa de LTRO, para dotar de financiación a la industria bancaria.

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3. BANCO DE JAPÓN

La autoridad monetaria nipona sorprendió al mercado en enero cuando redujo los tipos desde el 0,1% hasta el -0,1%, lo que supuso un hito en la historia del Banco de Japón. La institución se justificó en la baja inflación y las turbulencias en los mercados financieros que amenazan con socavar el plan de reactivación económica del Ejecutivo.

Por ahora, siguen anclados en este nivel, pese a que el gobernador, Haruhiko Kuroda, ha asegurado en varias ocasiones que podría haber nuevos estímulos. Aunque no fue el primer banco central en mover los tipos por debajo de cero, ya que también lo han hecho los de Suiza, Suecia o Dinamarca, sí fue pionero entre las grandes instituciones monetarias.

4. BANCO POPULAR DE CHINA

Hace apenas 10 meses, el mercado estaba temeroso sobre lo que pudiera decretar este banco central en torno al yuan, la divisa china. Sin embargo, desde entonces lo que ha habido estímulos para frenar la desaceleración económica del gigante asiático. Entre otros, recortó los tipos de interés hasta dejarlos en el 4,35% desde octubre, frente al 6% un año antes. Además, en enero realizó tres inyecciones de liquidez a la banca por valor de 690.000 millones de yuanes (más de 90.000 millones de euros).

5. BRASIL, INGLATERRA...

El principal banco central de Latinoamérica, el de Brasil, está en una encrucijada. Mantener o no los tipos altos para tratar de frenar la desbocada inflación, que es el mandato principal de la institución, aunque a costa de ello puede castigar más aún a una deprimida economía en recesión. Un ejemplo que rompe así con todos los anteriores, ya que la referencia está en el 14,25% desde julio. La tasa de inflación de febrero fue del 11,1%, y este es el gran drama de la autoridad monetaria brasileña.

Volviendo a instituciones con políticas expansivas, el Banco de Inglaterra ha cumplido siete años con los tipos en el mínimo histórico del 0,5%. Aunque el año pasado los expertos esperaban que se moviera tras la Fed, el entorno económico ha impedido que en la City modifique la referencia. Además, ha tenido que lidiar con el riesgo del Brexit, contra el que se ha posicionado, diseñando por si acaso políticas de contingencia.

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