Mal augurio para la renta fija

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Capitalbolsa | 30 nov, 2018 15:53
cbbonoscrash

El fin de la expansión del balance del BCE (QE) supone un mal augurio para la renta fija en 2019. El efecto que ha tenido la actuación de la autoridad monetaria mientras inyectaba liquidez en el sistema, primero con la barra libre de liquidez a los bancos y posteriormente comprando directamente bonos, es evidente. A partir de ahora, su no intervención supondrá desandar el camino andado.

La inyección de liquidez del BCE ha ocasionado que la demanda de activos "seguros", bonos soberanos, haya sido muy superior a la oferta de dichos activos durante los años que ha durado la expansión monetaria intensa. Como consecuencia, el precio de los bonos soberanos ha subido considerablemente, siendo cada vez menor el tipo de interés de dichos bonos, incluso llegando a ser negativo. A día de hoy sigue habiendo 8.000 millones de euros en bonos con rentabilidad negativa. Dicha cantidad llegó a ser de 13.000 millones de euros en 2016.

Cuando el principal mercado de renta fija, el de bonos soberanos (gobiernos) no ofrece apenas rentabilidad o ésta es negativa, un elevado número de inversores institucionales (compañías de seguros, fondos de pensiones, fondos de inversión...) se ve empujado hacia activos de más riesgo para lograr algo de rentabilidad. El problema reside en el tamaño del mercado de los distintos mercados de renta fija en euros. Mientras el tamaño del mercado de bonos soberanos en euros en circulación excede de 7,5 billones de euros, el mercado de bonos corporativos (excluidos los emitidos por entidades financieras) con calificación crediticia de grado de inversión (IG) no alcanzan el billón de euros. (Leer artículo completo)

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