La escalada del petróleo presiona al BCE y eleva el riesgo de mantener los tipos altos por más tiempo.

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad

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Capitalbolsa | 09 abr, 2024 10:00
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La actual escalada de los precios del petróleo, con el petróleo Brent, en 90 dólares el barril, y el Texas, cotizando holgadamente por encima de los 85 dólares, refleja una situación de tensión en el mercado energético global.

Este nivel de precios, en zona de máximos, resalta dos factores predominantes: por un lado, un incremento en la demanda que, sorprendentemente, no encuentra su origen en el esperado dinamismo de China, sino en el aumento de consumo por parte de Estados Unidos y ciertos países europeos. Esta tendencia sugiere una reconfiguración de las fuerzas que tradicionalmente impulsan el mercado petrolero, poniendo de manifiesto la elasticidad y la complejidad de la demanda global.

Por otro lado, el escenario geopolítico actual juega un papel determinante en la configuración de los precios. La persistente inestabilidad en Oriente Medio, junto con las recientes acciones militares de Ucrania contra refinerías rusas, evidencia cómo la geopolítica sigue siendo un factor crítico y volátil. Estos eventos, en conjunción con las restricciones de producción impuestas por la OPEP, contribuyen a un entorno de oferta constreñida, exacerbando las presiones alcistas sobre los precios.

La interacción entre estos precios elevados del petróleo y la política monetaria global introduce una capa adicional de complejidad. La inflación, que los bancos centrales aspiran a moderar hacia el 2% para finales de 2025, se ve directamente influenciada por el costo de la energía. En este sentido, el persistente alto precio del crudo representa una amenaza para la esperada normalización de la política monetaria, limitando la capacidad de los bancos centrales para reducir los tipos de interés en la medida que el mercado anticipa. Este panorama no solo eleva el riesgo de mantener tipos altos por un periodo extendido, sino que también podría generar una desilusión significativa en los mercados financieros si las esperadas reducciones de tipos no se materializan.

Ante este contexto, la proyección a futuro del mercado petrolero es de vital importancia. Aunque el precio actual del petróleo se mantiene en máximos, y existe la posibilidad de que este continúe ascendiendo, se anticipa una eventual normalización hacia niveles más sostenibles, alrededor de los 70 dólares por barril. Este ajuste sería coherente con un reequilibrio del mercado, reflejando tanto la adaptación de la oferta y la demanda globales como la resolución de tensiones geopolíticas.

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