Los tres retos de las Cryptos como monedas
Este texto pretende analizar las características y las funcionalidades de las crypto y, aún, los desafíos que éstas van a tener desde el punto de vista monetario. En primer lugar explico las dificultades de definir moneda y enuncio las funciones que deberán tener, para después, encuadrar las crypto en esta temática.
Definir moneda no es tarea fácil. No es fácil porque existe una cantidad muy grande de activos financieros disponibles en el mercado y surgen dos grandes problemas: el problema de la clasificación y el problema de la agregación. El problema de la clasificación está relacionado con la delimitación de la frontera entre los activos que pueden ser considerados moneda y los demás. Aparece así la cuestión: ¿Están las crypto dentro de la frontera de lo que se considera moneda? Se trata de la reflexión en la segunda parte del artículo. Otro problema en la definición de moneda es el problema de la agregación, después de establecer el límite de lo que se considera moneda, es complejo juntar todos los activos en una sola definición.
De la dificultad en definir moneda, John Hicks, economista inglés, consideró que “La moneda es lo que la moneda hace. La moneda se define por sus funciones”. Se acepta definir la moneda por sus funciones, siendo ellas: medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta. Para ser considerada moneda, el activo tiene, en primer lugar, de ser aceptado de forma generalizada como medio de pago. Cuando vamos al supermercado, al tallo, a la gasolineira, tienen que aceptar ese activo como forma de pago. Después de ser considerado medio de pago, tiene que servir como reserva de valor. Así, los agentes económicos, saben que si hay necesidad o algún imprevisto, recurren a ese activo como fuente de valor. Como sabemos, el valor de la moneda es influenciado por la inflación, en momentos de hiperinflación los agentes económicos intentan poseer moneda por un período de tiempo muy corto. Una tercera característica es que debe funcionar como unidad de cuenta, es decir, una unidad monetaria abstracta, como efectivo para el intercambio de bienes y servicios. En España tenemos la referencia del euro y nos acostumbra a pensar en esa unidad monetaria. A través de este "estándar" podemos, por ejemplo, evaluar un producto, comparar precios y analizar si un producto es caro o no. (Leer más)