El mundo goza de una moderada recuperación global, pero es muy vulnerable

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Capitalbolsa | 16 oct, 2017 20:32 - Actualizado: 08:28
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La economía mundial se ha asentado en una tenencia de amplia recuperación pero moderada, caracterizada por un débil crecimiento de la productividad y la inversión. Tanto las economías avanzadas como las de los mercados emergentes han mantenido un modesto crecimiento, pero los políticos parecen contrarios a adoptar reformas más amplias y más audaces que pueden ser necesarias para acelerar el crecimiento.

Las economías avanzadas están experimentando un ritmo de crecimiento estable, pero sobre todo letárgico, frenado por una productividad estancada. En el lado positivo, la caída de las tasas de desempleo y el aumento de la capacidad de utilización apuntan a una base más sólida para la recuperación, mientras que la baja inflación deja espacio para que la política monetaria siga siendo acomodaticia si fuera necesario. La confianza de las empresas y los consumidores se ha incrementado en muchas economías de mercados avanzados y emergentes, pero esto aún no se ha reflejado en una demanda de inversión sustancialmente mayor.

Los mercados financieros de todo el mundo continúan ofreciendo buenos rendimientos para los inversores, aunque las preocupaciones sobre las sobrevaloraciones del mercado de acciones, junto con la infravaloración potencial de los riesgos geopolíticos y económicos, apuntan a la fragilidad de los mercados de renta variable. El lento crecimiento del crédito sigue siendo un obstáculo en los Estados Unidos y en las principales economías de mercados emergentes como China e India. La reactivación del crecimiento del comercio mundial es un presagio positivo, pero las presiones proteccionistas y el débil crecimiento de la demanda interna en las principales economías podrían desbaratar ese impulso.

La recuperación económica de los Estados Unidos sigue avanzando, con una tasa de desempleo decreciente y un crecimiento tibio en el PIB, la producción industrial y la utilización de la capacidad. El débil crecimiento de los salarios y las contenidas presiones inflacionarias sugieren un desglose de la relación tradicional entre los indicadores del mercado laboral y la inflación, dejando margen para que la política monetaria siga siendo acomodaticia si fuera necesario. La confianza de los consumidores y de las empresas se ha estabilizado, mientras que el crecimiento de la productividad y la inversión de las empresas siguen siendo bajo, todo lo cual es un mal augurio para un mayor crecimiento del PIB.

La zona del euro continúa ofreciendo una combinación de crecimiento modesto pero constante y baja inflación. Aunque este bloque económico está finalmente en condiciones de contemplar la normalización de las políticas monetarias y fiscales, la resistencia a grandes reformas estructurales y las crecientes tensiones de la dinámica política en muchos países han limitado el crecimiento de las inversiones.

Las preocupaciones por un Brexit desordenado siguen perjudicando a la economía del Reino Unido, que ha permanecido atascada en un bajo crecimiento debido a la mayor incertidumbre política y económica.

La economía japonesa está consolidando gradualmente sus ganancias, con un repunte del crecimiento de la producción y un retroceso de los riesgos deflacionarios. Sin embargo, el consumo privado y la inversión siguen siendo débiles, reflejando una moderada confianza de los consumidores y de las empresas.

China parece haberse centrado en su deseada trayectoria de crecimiento a corto plazo. La producción industrial, las tasas de utilización de la capacidad y los beneficios industriales están mejorando. La principal preocupación sobre la trayectoria de crecimiento de China sigue siendo los riesgos que se acumulan en el sistema financiero, lo que podría resultar difícil y costoso de resolver. El crecimiento del crédito se ha desacelerado, pero a pesar de los intentos del banco central de mejorar la asignación del crédito bancario, gran parte de él sigue dirigido al sector de las empresas estatales de baja productividad.

Se apaga el brillo en el crecimiento de la India. El crecimiento del PIB ha caído por debajo del 6 por ciento, exponiendo fragilidades subyacentes en la economía. En lugar de confiar sólo en el estímulo monetario y fiscal, el gobierno necesita emprender un esfuerzo serio de reformas para resucitar la inversión privada.

Brasil, Rusia y Sudáfrica están volviendo poco a poco a un crecimiento positivo, aunque siguen siendo vulnerables, en diversos grados, a los shocks desfavorables en los precios de las materias primas y a las inversiones de capital. Las incertidumbres políticas en Brasil y Sudáfrica agregan vulnerabilidades, y podrían obstaculizar la consolidación de sus recuperaciones.

Con una mezcla relativamente benigna de crecimiento e inflación en la mayoría de las economías avanzadas y emergentes, sus gobiernos y bancos centrales han ganado espacio. Sin embargo, la combinación de la débil productividad y el crecimiento de la inversión no aportan nada bueno para un aumento en el crecimiento o incluso para la sostenibilidad del actual bajo crecimiento.

Los conflictos comerciales y las incertidumbres geopolíticas siguen siendo un claro y actual peligro para la recuperación económica mundial. Los encargados de formular políticas monetarias deben aprovechar el respiro que se les ha concedido para fortalecer la capacidad de recuperación de sus economías y sus marcos de políticas para la inevitable próxima recesión. De lo contrario, la próxima vez no será diferente.


Fuentes: Eswar Prasad y Karim Foda

Carlos Montero - Lacartadelabolsa

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