El Papa pide "romper con el paradigma histórico" que considera la Amazonia como una "despensa inagotable" de los Estados

Francisco ha pronunciado estas palabras durante su visita a la ciudad peruana de Puerto Maldonado, en plena selva amazónica, en el Coliseo Madre de Dios donde ha hecho un llamamiento a favor de la selva amazónica y se ha reunido por segunda vez en su sexto viaje a América Latina, que comenzó en Chile el pasado 18 de enero, con comunidades indígenas.

El pontífice ha vuelto a abogar por la defensa de los pueblos originarios, en particular de la Amazonia, de las amenazas que los circundan. En este sentido ha denunciado "el neo-extractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales" así como la "perversión de ciertas políticas que promueven la conservación de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano".

Y ha señalado a este respecto: "Sabemos de movimientos que, en nombre de la conservación de la selva, acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas generando situaciones de opresión a los pueblos originarios para quienes, de este modo, el territorio y los recursos naturales que hay en ellos se vuelven inaccesibles".

De esta forma ha denunciado "los derrames de hidrocarburos" que amenazan seriamente la vida de los pueblos de la Amazonia y contaminan su medio natural mientras que ha deplorado los abusos que conllevan la minería ilegal.

"Existe otra devastación de la vida que viene acarreada con esta contaminación ambiental propiciada por la minería ilegal. Me refiero a la trata de personas: la mano de obra esclava o el abuso sexual. La violencia contra las adolescentes y contra las mujeres es un clamor que llega al cielo", ha condenado.

En el encuentro con el pontífice han asistido representantes de los diferentes pueblos originarios de la Amazonia: Harakbut, Esse- ejas, Matsiguenkas, Yines, Shipibos, Asháninkas, Yaneshas, Kakintes, Nahuas, Yaminahuas, Juni Kuin, Madijá, Manchineris, Kukamas, Kandozi, Quichuas, Huitotos, Shawis, Achuar, Boras, Awajún, Wampís, entre otros.

Ante ellos, el Papa ha exclamado: "Permítanme decirles que si, para algunos, ustedes son considerados un obstáculo o un estorbo, en verdad, con sus vidas son un grito a la conciencia de un estilo de vida que no logra dimensionar los costes del mismo. Ustedes son memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: cuidar la Casa Común".

"LA IGLESIA NUNCA DEJARÁ DE CLAMAR POR LOS QUE SUFREN"

En este contexto ha asegurado que la Iglesia "nunca dejará de clamar por los descartados y por los que sufren" y de preocuparse "por la vida de los más indefensos", en especial de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV), de los que ha dicho que son "los más vulnerables de entre los vulnerables".

"El rezago de épocas pasadas les obligó a aislarse hasta de sus propias etnias, emprendieron una historia de cautiverio en los lugares más inaccesibles del bosque para poder vivir en libertad", ha señalado.

Bajo esta óptica ha denunciado el "ritmo de la avidez del consumo" y ha instado a que se creen límites que ayuden a blindar la tierra "todo intento de destrucción masiva". Y ha sentenciado: "El reconocimiento de estos pueblos --que nunca pueden ser considerados una minoría, sino auténticos interlocutores-- así como de todos los pueblos originarios nos recuerda que no somos los poseedores absolutos de la creación".

Por todo ello, ha urgido a asumir el aporte esencial que le brindan a la sociedad "no hacer de sus culturas una idealización de un estado natural ni tampoco una especie de museo de un estilo de vida de antaño".

Para el Papa, la Amazonia es "una reserva de la biodiversidad", pero también de índole "cultural" que debe "preservarse ante los nuevos colonialismos" en referencia a los "colonialismos ideológicos disfrazados de progreso" que, según ha denunciado, "poco a poco ingresan dilapidando identidades culturales y estableciendo un pensamiento uniforme, único... y débil".

En esta línea, ha recordado la convocatoria del Sínodo para la Amazonia para el año 2019 que se centrará en la creación de "una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena".