MADRID, 13 MAR. (Bolsamania.com/BMS) .- Las bolsas del Viejo Continente se mueven en terreno negativo y con escasa variación con respecto a la apertura. La falta de catalizadores y las subidas de los últimos días, que les han dejado en el entorno de máximos, favorecen la pausa que han decidido tomarse muchos inversores a la espera de nuevas referencias. Los expertos de Link Securities afirman que podríamos encontrar algún aliciente en las ventas minoristas en Estados Unidos para el mes de febrero. “El consenso de analistas espera un crecimiento mensual del 0,5%. Si las cifras definitivas superaran esta estimación podrían provocar nuevas alzas en las bolsas, ya que ello indicaría que el consumo privado se estaría recuperando en la mayor economía del mundo, en la que tiene un peso de casi el 70% en términos de PIB. Hasta la publicación de estos datos esperamos que los goteos a la baja se impongan en las bolsas europeas, producto de la consolidación de niveles iniciada hace dos días”.

Otro catalizador lo hemos tenido en la subasta de deuda en Italia. Ha sido la primera subasta a largo plazo de Italia después de que Fitch rebajara el viernes la calificación del país. El tesoro transalpino ha tenido que pagar más en todos los tramos. Estos han sido los vencimientos colocados: (2015: 3.323 millones de euros; bid to cover: 1,284 vs. 1,37; rentabilidad: 2,48% vs. 2.30% anterior, su mayor nivel desde diciembre; 2017: 1.028 millones; btc: 1,50 vs. 1,39; rentabilidad: 2,95% vs. 2,55%; 2028: 2.000 millones de euros; btc: 1,28; rentabilidad: 4,90% vs. 4,805%).

El país colocaba ayer 7.750 millones de euros en bonos a un año, y la rentabilidad subía hasta el 1,28%, el nivel más alto desde diciembre de 2012. Desde Il Corriere della Sera, Ferruccio de Bortoli, escribía en su Twitter que “la ausencia de gobierno en Italia, es mejor que un gobierno débil”.

Por lo demás, mucha calma. No se observan señales de debilidad pero es que incluso si corrigieran un 2%, sería lo mínimo y lógico, nos recuerda nuestro analista técnico, José María Rodríguez. “Debemos saber de dónde venimos y venimos de un rally del 7-8% en poco más de dos semanas y sin descansos entre medias. Es decir, lo normal es que las bolsas se paren, corrijan algo y sigan escalando posiciones. Lo que no tiene sentido es pensar que estamos a las puertas de una corrección fuerte o de un techo de mercado porque no es así. Claro que los agoreros de siempre acertarán alguna vez porque siendo siempre pesimista alguna vez acertarán”.

Ante este panorama, no es de extrañar que Mark Hulbert, editor de Marketwatch y fundador de Hulbert Financial Digest, opte por darnos el siguiente consejo: “durante las próximas semanas, no realicéis cambios en vuestras carteras” por dos razones. En primer lugar, porque es posible que en algún momento del mes nos sintamos decepcionados, y, en segundo lugar, porque mientras nos regocijamos en nuestra pena y decepción, corremos el riesgo de cometer alguna estupidez con la cartera.

“¿Creéis que estoy exagerando? Eso entonces demuestra que no sois fanáticos del baloncesto. Creerme, sé lo que digo: mi oficina se encuentra a 15 minutos andado de la Universidad de Carolina del Norte, y desde que su equipo perdió el sábado contra Duke, los fans se han dedicado a ser una imitación barata de los condenados de 'Pena de muerte'”. Otra anécdota que corrobora que los fans de los equipos perdedores acostumbran a hacer cosas irracionales.

Tomemos, por ejemplo, el estudio académico que apareció en el prestigioso Journal of Finance de 2007 “Sports Sentiment and Stock Returns” (Sentimiento deportivo y rentabilidad bursátil). Sus autores (Alex Edmans, profesor adjunto de la Escuela Wharton, Universidad de Pensilvania; Diego García, profesor adjunto de finanzas de la Universidad de Carolina del Norte, y Oyvind Norli, profesor de economía financiera de la Escuela de Gestión de Noruega) quisieron medir qué sucede en el mercado bursátil de un país justo después de que sus selecciones pierdan en una competición internacional. Analizaron los partidos de fútbol, pero también de cricket, rugby y baloncesto. La conclusión fue la siguiente: si la selección de un país perdía en una fase eliminatoria de una competición mundial, su bolsa al día siguiente sufría una disminución de la rentabilidad de unos 49 puntos básicos de media. Y aunque 49 puntos no parecería gran cosa, si que lo es desde un punto de vista estadístico.

De lo anterior podemos extraer una nueva conclusión, nos dice Hulbert: los inversores deprimidos es más que probable que vean el vaso medio vacío y no medio lleno. Y eso les llevará más a vender que a comprar. Pero no solo los deportes afectan a nuestro estado. Hay otro culpable, según un gran número de investigaciones, y que suele suceder una vez al año y por estas fechas: las variaciones en el sueño derivados de los cambios de hora. Hace 10 años, un estudio de la American Economic Review puso de manifiesto que las rentabilidades del mercado suelen ser inferiores, por norma general, el lunes después del cambio de hora.

Los autores explican el porqué. “Nos hemos estado esforzando durante todo el día tras una mala noche, estamos cansados, desanimados y apáticos. Un estado de ánimo que podría haber explicado también la caída de este lunes en Wall Street” (aquí habrá que estar pendientes del 2 de abril puesto que el 1 de abril es festivo y la bolsa europea permanecerá cerrada).

No queremos que nadie, tampoco nos malinterpreten, base su estrategia de trading en los cambios de hora o en qué equipo deportivo ganará o perderá. Pero podemos extraer una valiosa lección de todo esto, y es cuán difícil es ser objetivos a la hora de invertir. Nos vanagloriamos de ser seres racionales pero, a la vista de nuestras emociones, nuestros intelectos a menudo se ven amenazados. “Quizás si podemos aprender esta lección, las derrotas de nuestros equipos no sean en vano”, concluye Hulbert.

Sara Busquets
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