“Semana de aterrizaje y asentamiento, pero no despegue. No todavía."

Bankinter

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 20 jun, 2022 10:18
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El miércoles de la semana pasada BCE y Fed demostraron que llegan tarde (más el BCE que la Fed) y corregir no es malo, pero eso no cambia unas bolsas estructuralmente bajistas. Por eso los exagerados rebotes del miércoles tras la reunión de urgencia del BCE y la subida de 75p.b. de la Fed, hasta 1,50%/1,75%, ese mismo día, se convirtieron al día siguiente en caídas aún más fuertes que las subidas.

Que el BCE diga que evitará la fragmentación de las condiciones de financiación en la UEM es mejor que nada, pero sin concretar sirve para poco y erosiona su credibilidad. Podría haberlo dicho en su reunión del 9 de junio y así evitar una reunión de urgencia que debilita su imagen. Y, aparte de subir 75p.b. en lugar de 50p.b., la Fed revisó notablemente a la baja sus estimaciones de crecimiento y al alza las de inflación, con los consejeros (diagrama de puntos) situando sus estimaciones de tipos mucho más altas que antes (Dic.’22: 3,25%/3,5% vs 1,75%/2,0% anterior).

Powell se explicó bien, pero acelerar en el último momento las subidas de tipos reduce algo la fiabilidad de la Fed, y el nuevo escenario macro que describieron es entre regular y malo. La probabilidad de recesión ha aumentado porque su mensaje es: tipos más altos más rápidamente, menos PIB y más inflación. Es precisamente lo que nosotros defendemos desde hace meses que ocurriría y por eso nos anticipamos reduciendo exposición desde febrero. Subir rápidamente tipos dudosamente reducirá en una primera fase una inflación que aún es básicamente de oferta (más adelante sí lo hará, porque la inflación ya empieza a ser de demanda, por permeabilidad), pero ahora reducirá el crecimiento e introducirá serios temores a una recesión. Recordemos que el PIB 1T americano fue -1,5% y que 2 registros negativos consecutivos implica formalmente recesión. Por eso los rebotes son poco fiables, incluido el del viernes, que fue modesto.

Esta semana podría ser menos dura, de estabilización o, en todo caso, +/1%, como orientación.

La semana pasada comprobamos que los b.c. reaccionan tarde a las circunstancias en lugar de anticiparse a ellas y así es improbable que salgamos rápidamente del Bear Market en que estamos formalmente desde la semana pasada. Pero puede que no quede mucho ajuste por sufrir, aunque eso dependerá de la velocidad a que se produzca (¿junio + julio?) y del éxito que consigan los b.c. combatiendo la inflación, que es la clave de bóveda. Cuanto más tarden en conseguir los primeros resultados efectivos (es decir, que retroceda al menos 2 meses consecutivos), mayor será la erosión de los resultados empresariales, de los ingresos reales de las familias y, por extensión de esto último, la incomodidad social. Y el mercado (bolsas y bonos) refleja eso mismo en consecuencia… o bien deja de hacerlo cuando, al conseguir el objetivo perseguido, las perspectivas empiezan a revertir a mejor.

Los riesgos bajistas de esta semana son inferiores a los de la pasada porque no hay reuniones de b.c. y la macro que se publica no parece potencialmente destructiva, pero Powell (Fed) comparece ante Senado (miércoles) y Congreso (jueves) para dar explicaciones de sus acciones y sobre la situación, algo que aportará tensión a mediados de semana. Lo bueno es que pensamos que será duro, pero también constructivo con respecto a las perspectivas de éxito de las medidas de la Fed y eso aportará estabilidad al mercado… si sale como pensamos. Insistimos en que este verano será “interesante” y que lo importante es con qué nos encontraremos en septiembre, tras la reunión de bancos centrales en Jackson Hole (25/27 agosto). Ya lo anticipamos reduciendo (mucho) exposición a tiempo contra la complacencia generalizada de enero/marzo.

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