"Rehenes del pasado"

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 11 feb, 2022 19:44
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Es habitual caer en el error de analizar las decisiones que alguien debe tomar sin tener en cuenta las actuaciones del pasado que condicionan las decisiones futuras. Los bancos centrales que, de acuerdo con sus mandatos, deberían subir considerablemente los tipos de interés y reducir drásticamente la liquidez para atacar la inflación, son rehenes de sus propias decisiones tomadas desde la quiebra de Lehman Brothers.

Pongamos la actuación de los bancos centrales en perspectiva. Con el inicio de la Gran Crisis Financiera de 2008, los bancos centrales tomaron medidas totalmente excepcionales y teóricamente temporales para evitar que la economía entrase en una depresión económica igual o peor que la de los años 30 del siglo pasado. Para ello, se siguió una política de tipos de interés cero (ZIRP) y se inundó de liquidez el sistema. Así, el tamaño del balance de la Reserva Federal (Fed) se triplicó entre 2008 y 2012. El BCE siguió los pasos de la Fed, pero con retardo.

En un determinado momento, en torno a 2012, los bancos centrales, tras haber logrado evitar una depresión económica, creyeron que ellos son los que pueden generar crecimiento. Algunos bancos centrales incluso pasaron a una política de tipos de interés negativos (NIRP). (La Fed no ha caído en ningún momento en dicha anomalía). Adicionalmente, las medidas adoptadas por los bancos centrales, que hasta ese momento se consideraban excepcionales y temporales, pasan a considerarse permanentes y de uso normalizado.

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