La podemización desesperada de Pedro Sánchez

Juan Ramón Rallo

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 22 feb, 2017 14:09
cbpedrosanchez

En política no se suele estar ni por principios ni por ideales, sino por ambición de poder. Y para alcanzar el poder se necesitan apoyos, esto es, construir coaliciones de intereses comunes lo bastante amplias como para legitimar socialmente que una pequeña camarilla de personas gobierne sobre las demás.

Tales coaliciones de intereses se construyen, dentro de nuestras democracias occidentales, a través de máquinas electorales profesionalizadas y burocratizadas llamadas “partidos políticos”, los cuales compiten en un sacralizado ritual sufragista conocido como elecciones democráticas: quien gana las elecciones —según las relativamente arbitrarias reglas de agregación de votos vigentes en una sociedad— deviene legitimado para mandar. Pero antes de poder optar siquiera a participar en ese rito electoral, los aspirantes deben ser capaces de construir coaliciones de intereses comunes dentro de su partido para, a su vez, alzarse con el poder dentro de él.

Por consiguiente, cualquier político que aspire a gobernar a corto plazo un país deberá por necesidad ser un político flexible en sus convicciones: primero deberá llegar a un consenso amplio con los distintos grupos de interés dentro de su partido y después deberá hacerlo con sectores mucho más amplios de la sociedad. Lo más probable, pues, es que cuando se postule como líder del partido ya haya traicionado parte de sus principios y más tarde, cuando se postule a jefe de Gobierno, decida traicionar tanto parte de sus principios personales como parte de los principios que había exhibido para llegar al liderazgo del partido... Leer Más

contador