Análisis Técnico
En principio, y visto con franqueza, la probabilidad de que el Euro sobreviva es al menos dudosa. Personalidades de la economía mundial ya empiezan a custionarlo. Asimetrías políticas crecientes (Alemania); el desencanto social europeo ante el incierto futuro; el desajuste macroeconómico de los PIIGS; la alta tensión del sistema monetario europeo (no siendo rara una recaída en la confianza intra-bancaria y potencialmente del crédito); y finalmente la falta de unidad que transpira de la Unión Europea; son factores del todo trascendentes, por todos contemplados, y origen de la falta de confianza del mercado financiero mundial en la UE y en el Euro.

El Paquete de Salvamento de la Comisión Europea y BCE, aunque poderoso, oportuno y racional, es incierto. Así, y tras las medidas adoptadas por la Comisión, no parece haya nada inherente a la presente situación que pueda alterar el estado de postración del Euro. Postración actual que no siendo en modo alguno crítica, si pudiera degenerar en un proceso más complejo y peligroso. El tiempo en ocasiones corre en contra del más débil. La historia de la economía es una gran fuente de sabiduría. La crisis de México (1994-Efecto Tequila), Thailandia (1997), Rusia (1998), Argentina (2001), Islandia (2008), sugieren que algo fallo o falto. Algo no se tuvo en consideración en su debido momento.

Los esfuerzos que lleve a cabo el BCE a través del Plan de Salvamento, sin duda alargarán el proceso, pero ¿y si finalmente fueran estériles?. Tal vez, la situación de la UE-Euro, no es asunto solo europeo. Tal vez es un problema que trasciende a la propia UE. Tal vez las desestabilizaciones financieras y monetarias requieren siempre de un esfuerzo colectivo y coordinado. Tal vez, y a la vista de quien es el Euro en el contexto mundial, sería deseable estabilizar, temporalmente, la totalidad del sistema monetario mundial. ¿Por qué? Porque si se hunde la UE-Euro, la economía mundial peligrará. La economía mundial es una sola, redonda e interrelacionada. Un hipotético hundimiento y desmantelación del Euro generaría tal tsunami que situaría la recuperación en curso de la economía mundial ante una nueva recesión de calado sin precedentes, ya que esta hipotética nueva recesión vendría acompañada con el potencial estallido de otros focos activos inquietantes (UK, USA, China, Japón). En economía, como en casi todo, es mejor preveer que lamentar.

¿Se podría estabilizar, temporalmente, la totalidad del sistema monetario mundial?. Tal vez si.

1.- Sistema transitorio de “paridades fijas” a nivel mundial. Desde un punto de vista de riesgo y funcional, la variable más relevante es el tipo de cambio. A través de esta variable las economías se ajustan en términos de precios relativos y asimismo se trasmite y concreta el riesgo relativo. El stress del sistema financiero viaja, por lo general, a través del sistema cambiario libre. Sistema cambiario (libre), que siendo el más óptimo de los posibles, hoy por hoy tan solo puede introducir más inestabilidad a los mercados y entre los distintos sistemas productivos. Por ello, tal vez seria deseable el establecimiento temporal de un sistema de paridades fijas a nivel mundial (OCDE), (con estrechas bandas o no), por periodo suficiente para que la calma haya vuelto y la economía mundial empiece un nuevo ciclo de crecimiento. El BCE, en esta situación se beneficiaria de luchar tan solo en dos frentes. El primero la lucha para estabilizar el riesgo percibido y concretado en los diferenciales de tipos de interés a largo plazo de la deuda soberana. En esta área tal vez no sea deseable la política de compras de bonos. Es necesario que el mercado fije el nivel de riesgo intrínseco a cada mercado de renta fija. La solución tal vez no está en intentar diluir y distorsionar el riesgo existente, es imposible y la inversión huirá, sino en financiar a largo plazo la diferencia entre el coste de mercado de la deuda soberana y el coste asumible por cada economía en apuros, apoyando lógicamente los vencimientos más inminentes. El segundo frente probable, es el de la liquidez intra-bancaria, área en donde el BCE cuenta con saber y capacidad inmensa.

El riesgo macroeconómico cuando existe, se trasmite, refleja y convierte en riesgo monetario, concretándose en los tipos de cambio y los tipos de interés a largo plazo (bond yields). El riesgo macroeconómico está directamente relacionado, (por lo general), con los desajustes de gasto público (déficits excesivos), y endeudamiento público (deuda pública / PIB). La política de la “tijera”, bien conocida, es indispensable a pesar del coste social. En la medida que se vuelva a la estabilidad presupuestaria (sin déficits excesivos) el riesgo desaparecerá.

2.- Masa Monetaria mundial. Compromiso de no aumento de la masa monetaria mundial (OCDE) durante dicho periodo. Evidentemente, y, en ningún, caso disminución de esta (como bien escribieron Friedman-Schwartz). El no aumento de la masa monetaria sería un mal necesario para que el sistema de paridades fijas sea justo y creíble económicamente hablando. En un sistema global de paridades fijas, todo aumento de la masa monetaria de un país, aumenta el poder de compra de este sobre los demás.

3.- Tipos de interés . Los tipos de interés en los países desarrollados deberían ser nominalmente cero, y negativos en términos reales. Los tipos de interés en las economías emergentes y en desarrollo deberían ser nominalmente positivos, y en términos reales cero, evitándose, en lo posible, las fugas masivas de capital.

4.- Productividad versus salarios nominales Las causas de generación de la inflación son diversas. En el entorno actual de tipos de interés negativos y bajo crecimiento (deflación) el denominado “quantitative easing”, desoyendo a Friedman, no es relevante en términos de inflación (ejemplo: USA 2009 y 2010). Así, la inflación solo tendrá un pequeño “respiradero” por donde aflorar, la inflación que nace del desajuste entre la subida de los salarios por encima de la cantidad producida (productividad). (inflación de costes -Keynes). Así, sería adecuado que la variación de los salarios nominales en todas las economías más desarrolladas se mantenga cercanas a cero. En los emergentes, sería asimismo deseable a pesar de que exista una cierta pérdida de poder adquisitivo (se pierde a nivel domestico, se gana en el exterior). En este escenario hipotético de estabilidad cambiaria, la competitividad de una nación y la productividad relativa, aún siendo términos y efectos económicos distintos, tenderán a converger. La mayor productividad relativa, relanzará las economías de unos países más rápidamente que otras. Pero el éxito de unos beneficiara al conjunto. Todo deterioro en la productividad relativa de una nación, le restará potencial de crecimiento económico. El problema, no es reactivar el consumo, como sugieren multitud de economistas, sino más bien el potenciar el ahorro y la inversión, o bien, el modelo de crecimiento de Solow. Esta es la clave del crecimiento. Para recoger, primero hay que sembrar.

El Euro no solo es un inmenso logro económico y político, sino una inmensa fuente de estabilidad y progreso para millones de personas. Es verdad que la Unión Monetaria Europea está incompleta y es imperfecta, pero primero lo importante y después lo necesario. En la actualidad no está en juego el Euro, esta en juego mucho más.

Gonzalo Perez-Seoane, Presidente de Worldmarkets Research and Consulting.
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