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La inteligencia artificial (IA) generativa es uno de los temas de moda. Esta tecnología está en boca de prácticamente cualquiera con conexión a Internet tras el meteórico ascenso del chatbot ChatGPT (OpenAI), que ha lanzado a las grandes tecnológicas a uno y otro lado del mundo en una carrera por conquistar este espacio. Las inversiones en este campo siguen reforzándose y, si bien es cierto que parece ser un tren que no conviene dejar atrás, desde Fidelity International señalan que los inversores “deberían ser selectivos”.

“Encierra potencial para ser revolucionaria y, de hecho, ya está teniendo un impacto significativo, pero, como ocurre con otras tecnologías recientes (vehículos eléctricos, energías renovables, blockchain...), las valoraciones tienden a desconectarse de los fundamentales”, detalla Jonathan Tseng, analista sénior del sector tecnológico para la gestora radicada en Bermuda.

La IA generativa es una rama de la inteligencia artificial que se centra en la creación de contenidos originales usando algoritmos y configuraciones de aprendizaje automático a partir de información existente. Reconoce patrones y reglas a partir de los datos y utiliza este conocimiento para crear nuevos datos que recuerdan a los originales, creando nuevas imágenes, vídeos, canciones, códigos informáticos y textos basados en patrones contenidos en los datos.

“Lo interesante, entre otras cosas, de la IA generativa es que puede crear estos contenidos sin intervención humana, mientras que la IA tradicional basada en reglas necesita que un humano decida los parámetros para la toma de decisiones. Los dos avances clave de la IA generativa son el uso de modelos de difusión latente, que iteran automáticamente un algoritmo para dar lugar a una imagen final realista, y los grandes modelos de lenguaje basados en transformadores, que realizan cálculos en paralelo en lugar de en serie para procesar más volúmenes de datos a mayor velocidad”, explica Tseng.

Este contenido nuevo es “tan avanzado”, explica, que parece casi real... en la mayoría de las ocasiones. Este y otros expertos subrayan que, aunque la IA generativa constituye “un salto”, su forma de “pensar” no replica el pensamiento humano independiente contrariamente a lo que la gente suele pensar. “Sigue siendo una variante del aprendizaje profundo tradicional (una rama del aprendizaje automático), frente al cambio más intenso hacia la inteligencia artificial general que vemos en películas como Terminator, Matrix o en ‘Star Wars’ con C-3PO”, relata.

LUCAS Y SOMBRAS

“La IA generativa es brillante a la hora de realizar con rapidez y calidad determinadas tareas, pero podría ocurrir que no hiciera trabajos del todo bien”. Así de claro y conciso lo resume el analista de Fidelity, quien señala que el principal punto débil son los problemas para “garantizar la calidad, precisión y originalidad del contenido que elabora”.

“Puede diseñar imágenes realistas, pero en ocasiones podría cometer errores de bulto, como colocar dos volantes a un coche o tres piernas a una persona. Eso significa que la IA generativa no debe verse necesariamente como algo que reemplazará a los humanos en un contexto laboral”, advierte Tseng.

Cabe recordar que IBM anunció a principios de mayo que dejaría de contratar para aquellos puestos de trabajo que pudiesen cubrirse con el uso de IA, lo que pondría en peligro hasta 8.000 empleos en la compañía, mientras que el CEO de BT aseguró que esta tecnología podría cubrir hasta 10.000 puestos de trabajo actuales en la empresa británica después de anunciar un recorte masivo de plantilla.

Si bien la tendencia en el mundo corporativo parece ser la de ahorrarse unos billetes utilizando esta tecnología, Tseng y otros muchos expertos creen que el camino a seguir no es ese. Si bien reconocen que será “inevitable” que algunos puestos de trabajo “pierdan contenido o queden incluso obsoletos, como los agentes de atención al cliente, que principalmente tratan con consultas repetitivas que podrían automatizarse en su mayor parte con la IA, o los contables, que podrían verse desplazados por sistemas de contabilidad basados en IA”, no es el caso para muchos otros puestos de trabajo.

“Otros empleos podrían verse potenciados por la IA generativa, incluidas las tareas creativas, como el diseño de videojuegos, el desarrollo de decorados de películas, la producción musical, la programación de aplicaciones informáticas y la redacción. Del mismo modo que Microsoft Excel se generalizó para tareas cuantitativas, la IA generativa podría convertirse en una atractiva nueva fuente de proyectos artísticos”, opina Tseng, al tiempo que subraya que “desplegar la IA generativa en tareas repetitivas y potenciar otros trabajos son dos factores que deberían impulsar la mejora de la productividad”. “Podría liberar trabajadores que se centren en tareas con mayor valor añadido y crear nuevas vías de crecimiento”, sentencia.

Por otro lado, también hay cierto consenso en los riesgos que puede crear esta tecnología en materia de propiedad intelectual y plagio, propagación de noticias falsas o contenido ofensivo, suplantación de identidades y uso indebido por parte de delincuentes para engañar, defraudar y manipular. Por ello que los expertos y pioneros de la IA piden “elevar el grado de comprensión y estudio de las cuestiones relativas a la ética digital”, así como promover códigos de buenas prácticas y divulgación. Ah, y para los apocalípticos: que esta tecnología acabe derivando en la Skynet de ‘Terminator’ es poco probable.

Otro riesgo tiene que ver con la competencia. Tseng indica que los avances de la IA requieren importantes recursos que “únicamente las entidades bien financiadas pueden costear” y eso, añade, “podría traducirse en una industria oligopolística”.

Relacionado con esto, la industria de los semiconductores, una de las más influyentes en las tendencias geopolíticas, se está viendo muy influido por la IA y representa un cuello de botella para esta por la capacidad de los equipos informáticos. Por ese motivo, apunta Tseng, los gobiernos están adoptando cada vez más medidas proteccionistas. La desconexión de las cadenas de suministro, la deslocalización o la restricción de las exportaciones, señala, podrían restringir el flujo de datos y talento en la IA y las tensiones geopolíticas resultantes podrían afectar a la capacidad de las empresas e investigadores para proteger la propiedad intelectual, lo que podría limitar el ritmo de innovación.

“La pregunta de quién fabrica los mejores semiconductores no tiene una respuesta clara, ya que depende de la aplicación en cuestión; así, cada chip tiene sus puntos fuertes. Esta área está evolucionando continuamente, así que se necesitan indicios claros de hacia dónde se dirige el sector para invertir con inteligencia. Lo que está claro es que la IA propiciará un importante crecimiento en la industria de los semiconductores”, agrega Tseng.

ENTONCES, ¿INVIERTO O NO?

Pues, como todo, depende. Invertir en IA, explica el experto de Fidelity, “no es tan sencillo como escoger la mejor tecnología”. Existe una cadena de valor muy larga para escoger, la cual abarca desde los componentes informáticos básicos hasta chatbots especializados.

Otra consideración clave, apunta, es el nivel de exposición de una empresa. Por ejemplo, Microsoft está bien posicionada para aprovechar oportunidades en esta tecnología: posee una gran participación accionarial en OpenAI, ya ha incorporado ChatGPT a su motor de búsqueda Bing y planea integrarlo en su paquete Office. Sin embargo, el aumento de los ingresos de Microsoft procedentes de la IA generativa podría no ser tan grande como el mercado espera en estos momentos (el precio del gigante de Redmond ha aumentado un tercio en los últimos seis meses).

“Es importante no solo fijarse en los beneficiarios de la IA generativa, sino también en las expectativas y las valoraciones. La consultora tecnológica Gartner alerta contra el ciclo de expectación que suele repetirse en la tecnología, donde una novedad evoluciona de innovación a entusiasmo excesivo, pasando por la desilusión y, finalmente, la comprensión de su relevancia y papel en un mercado”, avisa Tseng.

Este analista cree que, en tanto en cuanto tecnología, la IA generativa tiene todavía “camino por recorrer” antes de llegar al exceso de entusiasmo, pero en algún momento “probablemente lo haga” y, con el tiempo, “podrían darse casos de interés desproporcionado por empresas concretas del sector”.

Por otro lado, señala, ha entrado mucho dinero especulativo en valores de la IA durante el último año y gran parte de ello se debe a los inversores que buscan exposición a la temática en lugar de aplicar un marco de inversión más riguroso para generar rentabilidades a largo plazo.

“Eso significa que, si bien la IA podría tener ante sí un largo periodo de crecimiento, algunos valores y segmentos podrían terminar sobrevalorados y sujetos a un alto riesgo. En este sentido, el informe trimestral de WisdomTree sobre inversión temática del primer trimestre muestra que las inversiones en IA, semiconductores y otras ramas relacionadas se han disparado entre enero y marzo de 2023.

“En mi opinión, lo mejor para los inversores es que adopten un enfoque basado en los precios que haga hincapié en las áreas infravaloradas de la cadena de valor de la tecnología. Los semiconductores son una parte de la cadena de valor de la IA que creo que ofrece un perfil de riesgo y recompensa atractivo”, apunta Tseng.

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