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Las compañías petroleras han ingresado 3.300 millones de euros extra por la guerra en Ucrania, tal y como recoge la última investigación encargada por Greenpeace que se ha dado a conocer este jueves. De hecho, llegan a cifrar en 107 millones la cantidad de dinero diaria que han ingresado de más por este suceso geopolítico, 94 millones de ellos por la venta de diésel y 13 millones por la gasolina.

Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.

Este estudio, centrado principalmente en en Europa, concluye que en España, los ingresos adicionales han llegado a suponer 7,6 millones de euros diarios, la mayor parte gracias al gasóleo y tan solo 600.000 euros por la gasolina.

Entre todos los países del Viejo Continente, las empresas petroleras alemanas son las que más han visto crecer sus cuentas, hasta los 38,2 millones de euros, mientras que en Francia esa cifra se queda en los 13,3 millones y en Italia en los 12,5 millones. Entre los que menos diferencias hay, se sitúan Escandinavia (4,6 millones), Austria (4,3 millones), Países Bajos (4,3 millones) y Bélgica (2,2 millones).

El estudio considera la media del barril de crudo Brent entre enero y marzo, comparado con el precio semanal en las gasolineras de la UE proporcionado por el ‘Oil Bulletin’ de la Comisión Europea entre el 7 y el 28 de marzo de 2022. La estimación final de los márgenes en los ingresos ofrece una aproximación certera sobre cómo han sido los ‘beneficios caídos del cielo’ conseguidos desde el inicio de la guerra de Ucrania el pasado 24 de febrero, aunque admiten en el escrito que mayores ventas no significa directamente un crecimiento de los beneficios.

Explican que el aumento de los costes en las refinerías, que se ha visto impulsado por los desorbitados precios del gas natural, ayudó a la industria a creer que sus ganancias serían mucho menores que sus ingresos, aunque esto al final no será así porque los gastos deben compensarse con otras tendencias que han favorecido los márgenes en las refinerías, como los altos descuentos vigentes para el crudo de los Urales, el que se importa principalmente en la UE. Además, los precios del gas natural ya eran notablemente elevados antes de enero, por lo que el ingreso entre enero y marzo de 2022 debe considerarse dentro de este contexto.

"Estas diferencias demuestran cómo la industria del petróleo está aprovechando la guerra para aumentar sus precios a lo largo de la cadena de suministro, pese a que los costes de producción no han variado notablemente", denuncia Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace España. "La ayuda de 20 céntimos aplicada por el Gobierno desde la semana pasada acaba directamente en el bolsillo de las petroleras, contribuyendo no solo a alimentar la crisis climática, sino también la maquinaria de guerra de Putin cuya financiación depende de las exportaciones del petróleo ruso", añade.

La organización también señala cómo las petroleras se están escapando de los impuestos extraordinarios a los grandes beneficios de algunas compañías energéticas, que se han centrado principalmente en la industria eléctrica y gasística. También destacan que tras los precios récord de los combustibles registrados en marzo, países como Alemania o Austria han iniciado sendas investigaciones para detectar posibles acuerdos de fijación de precios o cárteles entre las petroleras.

"Las petroleras están ganando millones de euros día tras día mientras se sigue alimentando el conflicto en Ucrania. Por eso pedimos a los líderes europeos que detengan este vergonzoso aprovechamiento de la crisis e impongan impuestos a los beneficios de las petroleras. Unos impuestos que deben ir destinados a ayudar a los hogares más desfavorecidos e impulsen la transición del transporte para dotar a la población de un sistema de movilidad más limpio, accesible a todas las personas y menos dependiente de los combustibles fósiles", afirma Klara María Schnek, responsable de Clima y Transporte de Greenpeace España.

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