• Ambas formaciones han puesto de manifiesto ya sus diferencias
  • Lo primero es aprobar una prórroga de las cuentas del año pasado
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Cuando todavía resuenan los ecos de tres meses de negociaciones por la investidura de un nuevo President, Junts pel Sí y la CUP tienen ahora que afrontar una nueva batalla: la de los presupuestos que permitan aplicar el plan de choque social en un escenario de contención presupuestaria. Y no parece tarea fácil ya que la CUP ha anunciado que no aceptarán ningún recorte y han puesto una primera condición sobre la mesa: recuperar el impuesto de sucesiones.

Ambas formaciones, tal y como informa El País, empezarán a negociar durante las próximas semanas, pero ya se han puesto de manifiesto las diferencias entre ambas. La diputada anticapitalista Eulalia Reguant, apostó por ampliar el impuesto de sucesiones, un punto al que se negó el vicepresidente económico, Oriol Junqueras.

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Lo primero es aprobar una prórroga de las cuentas del año pasado

Lo primero es aprobar una prórroga de las cuentas que permita adaptar la estructura de gasto en el nuevo reparto de departamentos y aplicar las primeras medidas del plan de choque social. A partir de ahí, ya en mediados de febrero, se empezarían a preparar los nuevos presupuestos. El resto de las acciones, deberán esperar a unos nuevos cuentas.

El gobierno de la Generalitat, informa El País, ha iniciado la estrategia ambigua para preparar las negociaciones: por un lado, defiende que sólo con los Presupuestos se podrá aplicar todo el plan de choque, como apuntó la consejera de Presidencia, Neus Munté. Y ,por otro, como expuso Junqueras, apuntan a que una prórroga es viable. La CUP también sigue su camino, insistiendo en que la estabilidad del proceso soberanista no implica aprobar las cuentas.

EL PLAN DE CHOQUE DEJA POCO MARGEN DE MANIOBRA

Los Presupuestos del año pasado ya se elaboraron con suficiente flexibilidad para que "fueran útiles" en caso de tener que prorrogar los este año, afirma Junqueras. Sin embargo, admitió que las medidas previstas dejan poco margen para llevar a cabo otras acciones.

Sin embargo, informa El País, fuentes de la Administración recordaron que la prórroga presupuestaria actúa como freno al gasto, algo totalmente contrario a lo que propugnan Junts pel Sí.

No será fácil, pues como apuntan los expertos, para este año la brecha entre gastos e ingresos continua rondando los 4.000 millones.

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