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2022 no fue el año de las criptomonedas. El colapso de FTX en noviembre ahondó en el mercado bajista imperante desde la quiebra de Terra en mayo, provocando la quiebra de numerosas empresas y generando una onda expansiva de la que los activos digitales todavía no se han recuperado. Con todo, el ecosistema sigue sin ser un lugar particularmente sano, ya que se estima que el año pasado se habrían invertido alrededor 4.600 millones en ‘tokens’ sospechosos de formar partes de esquemas ‘pump and dump’ (inflar y tirar).

Según un informe de la empresa de análisis de la blockchain Chainalysis, estos esquemas “se han vuelto, por desgracia, comunes en el mundo de las criptomonedas” debido, en gran parte, “a la relativa facilidad con la que los malos actores pueden lanzar un nuevo ‘token’ y establecer un precio y una capitalización de mercado artificialmente elevados”. “Esto siembra el volumen de negociación inicial y controla la oferta en circulación. Además, los equipos que lanzan nuevos proyectos y ‘tokens’ pueden permanecer en el anonimato, lo que hace posible que delincuentes en serie lleven a cabo múltiples esquemas de ‘pump and dump’”, explican.

En las finanzas tradicionales, los esquemas de ‘pump and dump’ son una clase de estafa por la cual, los poseedores de un activo negociable, como las acciones de una empresa, promocionan intensamente dicho activo, a menudo con declaraciones engañosas, lo que hace que el precio suba rápidamente a medida que compran nuevos inversores. A continuación, los titulares iniciales venden sus acciones sobrevaloradas con beneficios, lo que provoca que el precio caiga en picado, dejando a los nuevos inversores atrapados con un activo de escaso valor.

El estudio de Chainalysis “analizó todos los tokens lanzados” en 2022 en las cadenas de bloques BNB Smart Chain y Ethereum. Así, descubrió que más de 9.900 presentaban características de un esquema de ‘pump and dump’. Entre estos rasgos se encuentran aquellos que lograron un mínimo de diez ‘exchanges’ en los que fueron negociados durante cuatro días consecutivos y con una caída drástica del precio del 90% o más en la primera semana de cotización.

“Aunque es imposible conocer la estrategia promocional o las intenciones de los 9.902 tokens, hemos comprobado los 25 con la mayor caída de precios en la primera semana en Token Sniffer, un servicio que puntúa los nuevos ‘tokens’ en una escala de cero a cien en función de su fiabilidad y resta puntos por cualquier característica similar a una estafa. Según Token Sniffer, todos esos 25 tokens obtuvieron una puntuación de cero, lo que indica que, de acuerdo con los criterios de evaluación de Token Sniffer, es casi seguro que fueron diseñados para un ‘pump and dump’”, destacan desde la firma.

Asimismo, Chainalysis subraya que Token Sniffer también descubrió que “muchos de ellos contenían código malicioso ‘honeypot’”, el cual impide a los nuevos compradores “vender el ‘token’, uno de los signos más seguros de que la moneda forma parte de un esquema de ‘pump and dump’”, aseguran.

Por otra parte, la firma destacó en otro informe publicado en enero que el uso ilícito de criptomonedas alcanzó la cifra récord de 20.100 millones de dólares en 2022. La compañía también indicó que el 44% del volumen de las transacciones ilegales provino de actividad asociada con entidades sancionadas, principalmente de origen ruso.

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