• Asegura que no hay señales claras de un repunte del crecimiento de los precios
  • El mensaje incluido en el boletín económico se produce con el euro en máximos de dos años y medio sobre el dólar
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Mario Draghi, presidente del BCE

El Banco Central Europeo (BCE) no parece tener clara la idea de seguir por la dirección que marcó su presidente, Mario Draghi, en el ya famoso discurso de Sintra en junio. Ni en las palabras del propio banquero italiano en la última reunión ni en el boletín económico publicado hoy por la autoridad monetaria hay signos que refuercen las tesis que 'ha comprado' el mercado durante las últimas semanas.

De hecho, el euro se ha revalorizado hasta entornos de 1,185 dólares. Y este miércoles, tras unos datos de empleo en el sector privado estimados por la consultora ADP peores de lo esperado en Estados Unidos, llegó a pasar de los 1,19, máximos desde enero de 2015. El impulso de la divisa europea se produjo desde que Draghi señalara que se está cerrando la brecha entre la tasa de paro de la Eurozona y la tasa Nairu (no aceleradora de la inflación), lo que a través de los salarios debería impulsar los precios.

El italiano citó datos de la Comisión Europea para señalar que esta divergencia se cerrará durante los dos próximos años. Un anticipo suficiente para los inversores para interpretarlo como un punto de inflexión en sus mensajes, que hasta ahora se habían perpetrado en la baja inflación para defender la política ultraexpansiva del BCE: tipos de interés al 0%, tipos marginales de depósito al -0,4% y compras mensuales de activos por valor de 60.000 millones de euros.

Las tesis del mercado han estado corroboradas por la fortaleza de los datos macro y el leve repunte de una décima en la inflación subyacente hasta el 1,3% en julio, máximos de cuatro años. El índice general se situó en el mismo porcentaje, igual que en junio, en este caso por debajo del 1,4% de mayo y lejos de los niveles cercanos al 2% de principios de año. Un retroceso "debido fundamentalmente al descenso de la tasa de variación de los precios de la energía", señala el boletín económico del BCE publicado este jueves.

BCE: "Se espera que la inflación subyacente de la Zona Euro aumente de forma solo gradual a medio plazo"

Así, pese a Sintra y al IPC subyacente de julio, lo cierto es que hay discursos o datos que calan más en el sentimiento del mercado que otros. Por ejemplo, las palabras de Draghi en la monumental ciudad portuguesa de Sintra, cerca de Lisboa, respecto a la comparecencia del último encuentro de política monetaria, en el que volvió a centrarse en que la inflación está por debajo del objetivo del banco central. Es decir, aún no consigue la meta de acercarla a medio plazo, cerca pero por debajo, del 2%.

Lo mismo sucede con la inflación. Si el IPC de julio que publicó Eurostat el lunes sirvió como impulso al euro frente al dólar, hoy apenas hay reacción con el boletín económico, con el cruce de divisas prácticamente plano. Sin embargo, el documento apunta que "teniendo en cuenta los precios actuales de los futuros del petróleo, es probable que la inflación general permanezca en torno a los niveles actuales en los próximos meses". Esto es, en torno al 1,3% y lejos de los ansiados dos puntos porcentuales.

CRECIMIENTO DÉBIL DE LOS SALARIOS

Las materias primas limitan el repunte de la inflación, pero la subyacente correrá el mismo camino: "Los indicadores de la inflación subyacente se han mantenido en niveles bajos y aún no han mostrado señales claras de un repunte, dado que las presiones internas de costes, incluido el crecimiento de los salarios, siguen siendo débiles". El BCE prosigue: "Se espera que la inflación subyacente de la Zona Euro aumente de forma solo gradual a medio plazo, con el apoyo de las medidas de política monetaria, de la continuación de la expansión económica y de la correspondiente absorción paulatina de la holgura de la economía".

En este último caso, reitera el mensaje de que se cerrarán las brechas entre crecimiento potencial y crecimiento real de la economía, lo que teóricamente debe generar unas presiones inflacionistas que el BCE aún no observa. Lo que sí defiende la autoridad monetaria es la solidez del crecimiento. "La transmisión de las medidas de política monetaria está respaldando la demanda interna y ha facilitado el proceso de desapalancamiento", asegura.

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