• Los bancos están sufriendo la presión de la caída de los precios del petróleo
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Arabia Saudí ha liderado desde hace un año la estrategia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de bombardear petróleo para aumentar la cuota de mercado. La parte negativa es el hundimiento de los precios, algo que empieza a sufrir la propia economía local.

La economía árabe más grande está sufriendo las consecuencias de un petróleo barato, por debajo de 50 dólares. Especialmente los bancos, con una fuga de depósitos y una escasez de liquidez que se traduce en un aumento del tipo de interés interbancario (lo que aquí es el Euríbor) hasta un máximo desde 2008 al situarse en el 1,11625% este lunes en el tipo a tres meses, según datos de Bloomberg.

La fuga de depósitos alcanzó en octubre la cifra de 14.000 millones de dólares, “probablemente, en términos absolutos, la mayor caída de depósitos desde la década de 1990”

Además, según Bloomberg, la fuga de depósitos alcanzó en octubre la cifra de 14.000 millones de dólares, “probablemente, en términos absolutos, la mayor caída de depósitos desde la década de 1990”, señala desde Riad el analista bancario Murad Ansari, de EFG-Hermes Holdings, al portal financiero.

El aumento de los costes de los préstamos bancarios entre las propias entidades financieras prueba el daño que implica la caída del precio del petróleo en la economía saudí. El país árabe obtiene el 90% de los ingresos públicos a través del sector energético. Así, la liquidez del sistema bancario merma y la agencia de rating S&P ya redujo la calificación crediticia de la deuda soberana un escalón hasta A+ el 30 de octubre.

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UNA ESTRATEGIA DIFÍCIL DE MANTENER

No es el primer síntoma de que la estrategia de Arabia Saudí hace daño a su propia economía. A principios de octubre el Ministerio de Economía ordenó una serie de recortes para disminuir el gasto público.

Entre los inusuales recortes que está realizando el Gobierno, figuran la congelación de ascensos y promociones, la prohibición de comprar automóviles y mobiliario, no realizar nuevos alquileres de propiedades e intensificar la recaudación de los ingreso del petróleo.

A pesar de ello, Arabia Saudí sigue en sus trece y hace oídos sordos a las reclamaciones de otros socios en la OPEP que piden un cambio en la estrategia para impulsar los precios, como Venezuela o Irán. En este último caso, el país persa quiere volver a inundar el mercado con su petróleo cuando se levanten las sanciones internacionales, después de alcanzar un acuerdo en materia nuclear con Estados Unidos y otras potencias occidentales.

En las últimas semanas Arabia Saudí ha lanzado mensajes contradictorios. Al mismo tiempo ha asegurado que llevará a cabo todas las medidas necesarias para garantizar una estabilidad de precios, y que no recortará la producción. Este viernes se reúne la OPEP en Viena en su última cumbre del año. Se esperan peticiones para recortar la oferta de crudo, pero también se prevé que Arabia Saudí lo impida.

El petróleo se ha abaratado casi un 10% en noviembre a pesar de la escalada del riesgo geopolítico con la alerta terrorista, la intensificación de los bombardeos en Siria y el derribo de un caza ruso por parte de las autoridades turcas que ha tensado la relación entre ambos países. Este lunes, los futuros del petróleo West Texas se revalorizan un 0,3% hasta 41,8 dólares en el mercado de materias primas de Nueva York (Nymex). Por su parte, los futuros del Brent, de referencia en Europa, caen un 0,11% hasta 44,8 dólares.

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