• A un precio entre 60-70 dólares, la demanda se mantendría durante cinco años
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Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo del mundo, está dejando que se hundan los precios del petróleo con su negativa a recortar la producción. A la vez, está retrasando el día en que las preocupaciones climáticas rompan con la dependencia del crudo.

Habitualmente, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) habían reaccionado a las caídas en el precio del crudo con recortes de la producción. Pero esta vez fue diferente: Arabia Saudí se negó en la última reunión bianual del cártel, celebrada en Viena el pasado 27 de noviembre, y decidió mantener la producción, a pesar de que esto significara ahondar más en el desplome que se inició en verano.

La estrategia no fue otra que mantenerse y esperar a que los precios bajos fuercen a los productores con mayores costes a salir del mercado. “Lo que hicieron fue histórico”, señala Daniel Yergin, experto en petróleo, en declaraciones a Bloomberg. “Dijeron: nos resignamos, lo dejamos. No vamos a seguir dirigiendo el mercado. Dejemos al mercado dirigir el mercado”, añade. “Esto es cuando tienes este tipo de reacción de sorpresa que lleva a los precios a la baja hasta estos niveles que hemos visto”.

El ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Ali al-Naimi, dominó la conversación en la reunión de noviembre, convenciendo a sus socios de la OPEP a mantener la producción para proteger la cuota de mercado frente a otros productores más baratos. Entre ellos se encuentran los productores estadounidenses que utilizan la técnica del fracking o fractura hidráulica, una técnica de perforación para extraer gas y petróleo que no es rentable a precios bajos.

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OBJETIVO: MANTENER LA DEMANDA

Pero esta estrategia cumple un doble objetivo: además de alejar del mercado a los productores más caros, serviría para mantener la demanda de crudo durante más tiempo. Una de las preocupaciones de Arabia Saudí durante los últimos años es que el cambio climático y los precios del crudo sirvieran de impulso a energías más eficientes, como las renovables, o aceleraran el cambio hacia el uso de combustibles alternativos, como el gas natural. Este cambio golpearía especialmente a la economía saudí, que depende en un 50% de las exportaciones de crudo.

Arabia Saudí está interesada en mantener la dependencia del petróleo durante al menos una década

Según revelaron las filtraciones de WikiLeaks, Arabia Saudí está interesada en mantener la dependencia del petróleo durante al menos una década. Antes de que los precios se hundieran el año pasado, los mandatarios saudíes estaban tratando de asegurar la demanda global a niveles de 2005. Dejando caer los precios, podrían haber comprado algo de tiempo: según Merrill Lynch, a 60-70 dólares por barril, la demanda se mantendría al menos cinco años más.

Sin embargo, esta estrategia está haciendo mucho daño a algunas economías. Es el caso de Venezuela, que depende íntegramente del petróleo. El desplome de los precios del crudo ha derivado en una escasez de divisas y ha tenido un fuerte impacto en la ya de por sí complicada situación de las finanzas públicas. También Irán, necesita precios altos del petróleo para compensar las sanciones económicas impuestas por su programa nuclear, ha intentado frenar la caída de los precios.

Cuánto tiempo le queda a Arabia Saudí para prepararse para el declive del consumo de petróleo dependerá, en parte, de qué alternativas se presenten durante este periodo de petróleo barato. ¿Se mantendrán fuertes las ventas de turbinas eólicas y planes solares o caerán en barrena como hicieron durante la Gran Recesión, cuando la financiación de los proyectos renovables sufrió un duro golpe? ¿Seguirán escalando las ventas de vehículos eléctricos mientras el precio de la gasolina caiga?

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