• El periódico dice que el legado del dictador permanece incrustado en el panorama político y físico de España
  • Muchos alcaldes han decidido eliminar los nombres de calles y los monumentos relacionados con el régimen de Franco
Franco-Fotos

La sombra de Francisco Franco sigue siendo muy alargada en España, pese a que murió hace ya 40 años. Así lo asegura The New York Times, que ha aprovechado que este viernes es el aniversario del deceso para hacer un análisis sobre la situación actual de España y cómo la dictadura del general todavía sigue muy presente en la política.

"El legado de Franco permanece incrustado en el panorama político y físico de España", resalta el periódico estadounidense, que afirma que pese a que la muerte del dictador supuso el comienzo de la transición hacia la democracia no ha habido ningún tipo de conmemoración oficial.

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Según NYT, tras las elecciones del 24M ha quedado patente que "la sombra de Franco aún divide a la izquierda y la derecha"

Y es que "la sombra de Franco aún divide a la izquierda y la derecha", una situación que según NYT ha quedado aún más patente tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo. Después de los comicios, recuerda el diario, han sido muchos los nuevos alcaldes electos -de izquierdas- que han decidido eliminar los nombres de calles y los monumentos relacionados con el régimen de Franco que todavía existían -y que anteriores alcaldes del PP habían mantenido pese a las quejas de la oposición-.

"Los nombres de las calles y otros símbolos del franquismo dan buena muestra no solo de cómo el legado de Franco permanece incrustado en el panorama político y físico de España, sino del fracaso de una democracia madura a la hora de lidiar con este problema", asevera NYT.

En concreto, en el artículo se citan dos casos concretos: el de Valencia y el de Madrid. En el caso de Valencia el diario recuerda que existe la avenida Joan Baptista Peset Aleixandre, médico y rector universitario de izquierdas que coordinó hospitales en la zona durante la Guerra Civil española, y que una calle paralela lleva el nombre de otro médico, Marco Merenciano, un fascista que presentó cargos y testificó contra el primero, que fue fusilado en 1941.

Aunque la situación podría cambiar dentro de poco, ya que Joan Ribó, elegido alcalde de Valencia en las pasadas elecciones, ya ha dicho que es "un escándalo" que Merenciano tenga una calle y que "es difícil de creer que todavía estemos honrando a personas vinculadas a la represión franquista, lo que no ocurre en relación con el nazismo en Alemania o el fascismo en Italia".

New York Times señala que el PP se ha negado a atender las peticiones de la izquierda, que en los últimos años ha reclamado exhumar cadáveres de las fosas comunes; retirar el cuerpo de Franco de la basílica construida como símbolo de su victoria y crear una comisión para estudiar los crímenes cometidos durante la guerra y sus secuelas.

Ante ello, Valencia ha creado recientemente su propia comisión para revisar los nombres de calles asociados con Franco. Y según los historiadores la comisión podría recomendar el cambio de nombre de entre 30 y 60 calles, entre ellas la de Merenciano.

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¿QUÉ VA A PASAR EN MADRID?

Pero Valencia no será la única en donde podrían darse estos cambios, según NYT. La nueva alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quiere cambiar los nombres de 150 de calles vinculadas a Franco. Al igual que en Valencia, el plan de Madrid forma parte de la llamada Ley de la Memoria Histórica que introdujo en 2007 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quiere cambiar los nombres de 150 de calles vinculadas a Franco

Con la llegada del PP al poder, recuerda el periódico, se congeló la financiación pública de proyectos relacionados con esa ley, incluyendo los esfuerzos para identificar los restos de unas 2.000 fosas comunes. El partido lo justifica diciendo que ya se han eliminado las estatuas de Franco y otros símbolos importantes de su régimen, y destacan que las administraciones de la izquierda no han mostrado un celo similar cuando se trata de discutir sobre las atrocidades de guerra cometidas por los opositores de Franco.

"La izquierda quiere cambiar los nombres de calles, pero este es un debate estéril que sólo ayuda a aumentar las divergencias dentro del pueblo español", ha dicho Concepción Dancausa Treviño, delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, según recuerda el diario estadounidense. "Tal vez deberíamos utilizar números en las calles, como se hace en EEUU, en lugar de seguir haciendo cambios de nombres que cuestan dinero y no tienen sentido".

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