• El 'terror' en Europa comenzó en noviembre de 2015, con los ataques del Estado Islámico en París
  • Los expertos avisan de que lo peor puede estar por llegar en 2017
europa, mapa

Los ataques terroristas que ha sufrido Europa en el último año han puesto en jaque a todos los gobiernos del Viejo Continente, que han aumentado el nivel de alerta y han intensificado la colaboración, aunque no ha sido suficiente. 2016 puede ser considerado como el peor año en cuanto a número de atentados, aunque no el peor en cuanto a número de víctimas. Los expertos avisan de que no se puede bajar la guardia de cara a 2017.

Este último año ha habido varios atentados en diversos países (Francia, Bélgica, Alemania...), aunque el 'terror' que están viviendo los europeos comenzó a finales de 2015 con los ataques sobre París. La noche del 13 de noviembre un grupo terrorista vinculado al Estado Islámico provocó una explosión cerca del estadio parisino de Saint Denis (en el que se disputaba un partido de fútbol entre Francia y Alemania), un tiroteo en la terraza de un restaurante y la matanza en la Sala Bataclan. La cadena de atentados se saldó con 130 muertos y más de 300 heridos y, desde entonces, el 'modus operandi' ha sido similar.

“La forma de cometer atentados ha cambiado: son cometidos por 'lobos solitarios', personas que actúan por libre y que no tienen conexión con ningún grupo terrorista”

El último atentado terrorista, el que tuvo lugar esta misma semana en un mercadillo navideño de Berlín, dejó una docena de muertos y otros tantos heridos. Su autor, el tunecino Anis Amri, fue abatido este viernes en un tiroteo en Milán. El ataque, que se produjo con un camión, con el que atropelló a la multitud congregada, es similar al que tuvo lugar seis meses antes en Niza (Francia), durante los actos de conmemoración de la Fiesta Nacional francesa. En aquella ocasión, el atentado, que se produjo a manos del francés de origen tunecino Mohamed Lahouaiej Bouhlel, se saldó con la muerte de 86 personas, 10 de ellas niños, y cerca de 400 heridos.

Y tampoco hay que olvidar los ataques sobre Bruselas en marzo (hubo dos explosiones, en el aeropuerto y el metro, que acabaron con la vida de 31 personas y dejaron 230 heridos) y los que han tenido lugar en Estambul (uno en junio sobre el Aeropuerto Internacional Atatürk, en el que hubo 42 muertos y 238 heridos, y otro a principios de diciembre junto al estadio de fútbol del Besiktas, en el que murieron 41 personas y otras 155 resultaron heridas).

“La forma de cometer atentados ha cambiado”, explica Rafael Calduch, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El experto recuerda que el atentado yihadista en Europa que más víctimas ha causado sigue siendo el del 11M en Madrid, que tuvo lugar en 2004 y en el que murieron 190 personas. “El segundo, por número de víctimas, es el de París de noviembre de 2015”, aunque los últimos ataques que se han producido en el Viejo Continente muestran un cambio.

Tal y como señala Calduch, “en su mayor parte son cometidos por los llamados 'lobos solitarios', personas que actúan por libre y que no tienen conexión con ningún grupo terrorista”. Aunque los ataques de Niza, Estambul o Berlín han sido reivindicados por el Estado Islámico, lo importante es que los han cometido individuos que no pertenecen a un grupo organizado, y que a pesar de que actúan siguiendo las pautas que marca el DAESH, no cuentan con un grupo detrás que pueda seguir cometiendo atentados si son localizados o, como ha ocurrido en varias ocasiones, neutralizados por las fuerzas de seguridad. Y eso, dice el experto, es algo bueno.

“Desde el punto de vista de la lucha contra los terroristas, significa una mayor debilidad. Se trata de un terrorismo menos eficaz y menos grave, en tanto que no hay capacidad de seguir cometiendo atentados una vez que los 'lobos solitarios' son capturados”, remarca Calduch, que apunta que “el terrorismo más grave es el que cometen grupos organizados”, como ocurrió en noviembre de 2015 en París.

Los últimos atentados, que han sido ataques contra grandes multitudes, “tienen poca preparación técnica” y se han llevado a cabo en zonas con grandes concentraciones de personas. Se trata de “actos de terror” que cometen determinados individuos, y que, según el experto, hay que diferenciar de los actos de terrorismo que realizan los grupos organizados, que tienen detrás una estructura orgánica que permite seguir cometiendo atentados aunque se detenga a alguno de sus miembros.

EN BUSCA DE LA REPERCUSIÓN MEDIÁTICA

Y de la misma opinión es Francisco Villacampa, experto en terrorismo internacional de la Universitat Abat Oliba CEU. “Los terroristas buscan grandes concentraciones de personas para que haya una gran repercusión mediática. Buscan crear miedo, pero son individuos radicalizados que actúan por orden del Estado Islámico, que les dice cómo deben actuar: buscando crear el mayor número de muertes, atentando contra grandes multitudes”, explica.

Además, dice que los atentados que se han producido en el Viejo Continente responden a que no ha habido “suficiente coordinación entre las policías europeas”. Según Villacampa, las fuerzas de seguridad muchas veces son “reacias” a compartir información, aunque con el paso del tiempo se han dado cuenta de la necesidad de una actividad coordinada y “cada vez hay mayor cooperación”, algo que es “clave” para evitar nuevos ataques.

España es la que mejor lo está haciendo en materia de prevención: desde el 11M no se ha producido ningún otro atentado yihadista

Ambos expertos coinciden al apuntar que España, en este sentido, es la que mejor lo está haciendo. Villacampa indica que se está haciendo una “gran labor de prevención” y que eso está teniendo sus efectos, y es que desde el 11M no se ha producido ningún otro atentado de corte yihadista. “Aunque el riesgo cero es imposible, las cosas se están haciendo bien”, señala. España, dice, ha sabido “adaptar” los conocimientos que logró en los 40 años de lucha contra ETA y ha aumentado el número de efectivos que trabajan para evitar nuevos ataques yihadistas, pasando de los 150 que había antes del 11M a los cerca de 3.000 agentes actuales volcados en esta lucha.

Por su parte, Calduch apunta que el nivel de alerta de España, que se mantiene en el nivel 4 sobre 5, es “adecuado” porque permite avanzar en las labores de inteligencia, que son de lo más importante. “La labor de inteligencia permite un control suficiente y evita que haya actos terroristas, porque se detiene a los individuos antes de que cometan un atentado. No es visible, pero es realmente eficaz”, afirma.

¿Y qué hacer con los refugiados? La tensión en este sentido es cada vez mayor, ya que algunos de los terroristas que han cometido los atentados en Europa del último año entraron en el continente haciéndose pasar por refugiados, aprovechando el desplazamiento de ciudadanos sirios ante el conflicto que vive su país. Calduch apunta que España también lo está haciendo bien en este sentido: “Hay que ver caso a caso, porque no todos los desplazados reúnen los criterios internacionales” para ser considerados como refugiados, explica. “Es necesario un mayor control en frontera caso a caso, y que no haya admisiones colectivas” que puedan provocar entradas de terroristas que se hacen pasar por refugiados, insiste.

“España está siendo muy selectiva, no está haciendo admisiones masivas y con ello se evita que se infiltren terroristas”, dice el experto de la UCM. Villacampa, por su parte, cree “inevitable” que entre tantos refugiados que piden asilo al final se 'cuele' algún terrorista, aunque pone en valor el control que está haciendo España para “evitar que entren radicales” y para que los propios refugiados “no sean reclutados por el yihadismo”.

¿QUÉ ESPERAR EN 2017?

El riesgo de atentado sigue siendo alto. Los expertos piden no bajar la guardia durante 2017

Y en 2017, lo principal, dicen ambos expertos, es no bajar la guardia. “El riesgo de atentado sigue siendo alto”, dice Villacampa, que señala que en la medida en que el Estado Islámico siga perdiendo terreno en Siria o Irak, tratará de aumentar el número de atentados en Europa. “Quieren dejar claro que la pérdida territorial no significa que no puedan seguir cometiendo atentados. Hay que estar preparados”, asevera. Aunque apunta también que “hay que estar en alerta, pero no crear alarma” entre la ciudadanía.

Calduch, en este sentido, dice algo similar. “En la medida en que el Estado Islámico sea derrotado en su guerra, esas unidades militares terminarán por diseminarse. Algunas se quedarán en Oriente Próximo, pero otras acabarán entrando en nuestros países. Regresarán, porque son ciudadanos europeos”, advierte el experto, que señala que “de forma proporcional a la derrota en la guerra, habrá más atentados en Europa”. Cree que es necesario aumentar la colaboración entre las fuerzas de seguridad de los distintos países y mejorar el “control de las fronteras”.

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