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Morgan StanleySharecast graphic / Josh White

Los tipos más altos y el crecimiento más lento han pesado sobre las acciones recientemente, y ahora el S&P 500 navega entre dos aguas. ¿Será capaz la bolsa de repuntar en el tramo final del año, o no lo logrará? Ese es el enfoque que centra ahora la operativa de los inversores, aunque en Morgan Stanley han constatado una cosa: "La mayoría todavía cree que es más probable que se produzca un repunte en el cuarto trimestre".

"Si bien ese nivel de confianza puede haber disminuido un poco, muchos todavía se inclinan más de lo que les gustaría por las posiciones largas para reducir la probabilidad de perderse algo en un año en el que la fortaleza de las megacapitalizaciones ha impulsado los índices de referencia", comentan los expertos del banco estadounidense en un informe sobre estrategia en renta variable americana.

Aunque también recuerdan que este sentimiento "está supeditado a que los precios se mantengan a corto plazo". "Si no es así, podríamos ver cómo el posicionamiento cambia rápidamente para asegurar las ganancias y/o el desempeño relativo hasta finales de año", comentan.

Ahora mismo, el índice estadounidense navega entre dos aguas. Está en medio de dos corrientes cruzadas y hacia cuál de ellas se acabe dirigiendo es aún un misterio. "Con la estrechez históricamente significativa en el desempeño de este año, ha sido un desafío mantenerse al día con el S&P 500", comentan los analistas de Morgan Stanley.

Recuerdan que, técnicamente, después de caer cerca del 9% desde los máximos de julio, "el índice alcanzó una posición impresionante en la media móvil de 200 sesiones", y "el hecho de que este nivel también coincidiera con la tendencia alcista desde los mínimos de octubre de 2022 hizo que la posición fuera más válida en la mente de muchos y dio crédito a la idea de que era probable que comenzara un poderoso repunte en el cuarto trimestre".

Sin embargo, "ese repunte se topó con una fuerte resistencia justo en la media móvil de 50 sesiones" la semana pasada y "rápidamente se revirtió a la baja, dejando al índice de referencia justo en el medio de estos dos niveles técnicos clave". Los elevados tipos de interés, unidos a los nuevos riesgos geopolíticos que acechan en el horizonte, con el foco en la crisis de Oriente Medio, han generado interrogantes sobre el impacto en la confianza (tanto de los consumidores como de las empresas) y en el crecimiento global.

"El hecho de que las acciones subieran a principios de semana animó la opinión de que los mercados de renta variable podrían resistir otra perturbación exógena. Sin embargo, creemos que gran parte de este movimiento al inicio de la semana se debió simplemente a la huida hacia la seguridad que inicialmente hizo bajar los rendimientos del Tesoro", detallan estos estrategas.

Entonces, ¿qué puede pasar de aquí a final de año? En Morgan Stanley creen que, aunque el sentimiento inversor es optimista, hay que ir con pies de plomo. Sobre todo porque hay varios factores que "reducen las probabilidades de un repunte en el cuarto trimestre, en nuestra opinión", dicen.

En concreto, han constatado el desplome de varias medidas de amplitud, se han fijado en el liderazgo cauteloso de los factores, en la reciente caída en las revisiones de beneficios y en el desvanecimiento de la confianza de los consumidores para llegar a esta conclusión. "Mantenemos nuestro precio objetivo de fin de año de 3.900 puntos para el S&P 500 y creemos que la mejor manera de posicionarnos es con una barra de crecimiento defensivo y cíclicos de ciclo tardío".

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