ep la tienda de zara ocupa mas de 3000 metros cuadrados
Interior de un establecimiento de Zara.INTU PUERTO VENECIA

En poco más de un año Inditex cumplirá su 20 aniversario en bolsa pero antes tendrá un nuevo reto: recuperar los 100.000 millones de euros de capitalización. También, mantenerse al frente del Ibex 35 por valor bursátil, por delante de bancos y eléctricas, y con un negocio directamente vinculado a la evolución del consumo que le hace, a priori, más permeable a los vaivenes del consumo y a un frenazo económico.

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La dueña de Zara está a punto de cerrar un 2019 positivo, tanto en el parqué como en la evolución de su negocio, aunque su ejercicio fiscal no concluye hasta el próximo 31 de enero. En cuanto a su cotización, a falta de tres jornadas para cerrar año, su valor ha remontado casi un 38% (supera los 31,7 euros por título) y deja su capitalización al borde los 99.000 millones. Eso sí, todavía está lejos de las cotas que lograba a mediados de 2017, cuando superaba los 36 euros por acción.

Detrás de este despegue está la positiva evolución de la compañía fundada por Amancio Ortega. De momento, sólo ha presentado los datos de los nueves primeros meses de su ejercicio pero han sido suficientemente positivos como para prever que el cierre fiscal le encamina a un nuevo récord de ingresos, dado que la temporada de Navidad y las rebajas de invierno son dos de los pilares del sector de la distribución. Como preámbulo, entre el 1 de febrero y el 31 de octubre, su volumen de ventas se disparó un 7,5%, hasta alcanzar los 19.820 millones.

En esa misma línea, la evolución de su posición financiera neta, que alcanza los 7.734 millones de euros, lo que indica que la compañía presidida por Pablo Isla tiene capacidad para agraciar a sus accionistas con un nuevo megadividendo.

SOLVENTA LAS DUDAS

Inditex ha logrado capear las críticas a la evolución de su modelo de negocio indicadas desde el banco de inversión Morgan Stanley. Hace poco más de un año aseguraba que seguía siendo “una compañía de clase mundial” pero que “su propuesta comercial se ha debilitado en los últimos años”. “No nos sentimos cómodos ignorando las crecientes presiones que afronta la compañía”, aseguraba la firma el el verano de 2018.

Desde entonces, Inditex no ha lanzado nuevas cadenas al mercado y mantiene su oferta comercial con enseñas como Massimo Dutti, Oysho, Pull & Bear o Stradivarius. Ahí no hay ningún cambio y ya ha pasado más de una década desde que lanzó su última marca: Uterqüe. Sí ha acelerado, en cambio, su estrategia online y percibe la convivencia con las tiendas físicas como un único modelo integrado. De momento, el negocio digital le aporta el 12% de su facturación global, cerca de 3.200 millones en 2018.

Junto a esa convivencia de la tienda física y la virtual, la otra gran prioridad del grupo es la sostenibilidad, que influye tanto en su modelo de producción como en sus costes. De cara a 2025, la compañía gallega quiere que el 100% del algodón, el lino y el poliéster que utiliza en sus prendas sean “orgánico, más sostenible o reciclado”, según indicó Pablo Isla en la junta de accionistas del pasado mes de julio.

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