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Dos trabajadores en una fábrica en Shanghái (China)Dave Tacon - Archivo

La crisis del coronavirus va a marcar un antes y un después económico. Pero habrá una constante: las relaciones comerciales con China van a seguir siendo prioritarias. Este año, el gigante asiático va a acusar la pandemia y rebajará su crecimiento hasta el 1,2%, para remontar el vuelo al 9,2% en el próximo 2021. Y, ahí España tiene que jugar sus bazas si si no quiere quedarse atrás, según un informe de HSBC que analiza las oportunidades para las compañías en China y la región Asia-Pacífico.

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El informe elaborado por la entidad financiera pone de relieve que China seguirá ahondando en su transformación, en la que el consumo privado y las actividades de servicios han pasado a ser motores económicos de creciente importancia. Y ahí, España tiene ventajas competitivas en sectores como el textil las renovables o los servicios urbanos. “En este contexto de cambio en la segunda mayor economía del mundo y primera potencia comercial y de consumo, se abre una importante ventana de oportunidad para el incremento de las relaciones económico-empresariales con España”, señala la entidad financiera.

POBLACIÓN DE MÁS DE 65 AÑOS

Hay capacidad de mejora porque existe un margen evidente para el incremento de la presencia de los bienes de consumo españoles en China, por ejemplo, en textil, calzado, artículos para el hogar y para los niños, dado que los consumidores buscan productos con mayor seguridad y calidad. También en el de la ‘tercera edad’, porque en 2050, uno de cada cuatro chinos tendrá más de 65 años.

“Las plataformas de comercio electrónico pueden abrir importantes oportunidades de mercado en 2020 con menores costes de establecimiento”, señala HSBC. “El país asiático continúa necesitando incrementar las capacidades de su industria, donde también se encuentran oportunidades para las empresas españolas, en sectores como componentes de automoción, bienes de equipo o equipamiento sanitario”.

Invertir en China no es un camino de rosas. HSBC asume que “el mantenimiento de las restricciones a la inversión supone un freno a una mayor llegada de empresas” pero, aún así, hay “oportunidades en sectores como energías renovables o tratamiento de aguas”. “Existen aquí oportunidades para las empresas españolas en la gestión de servicios urbanos, especialmente en la gestión de agua y residuos, o ciudades inteligentes, donde las empresas españolas cuentan con evidentes fortalezas”.

De momento, la presencia “empresarial española en China es modesta y está en gran medida por construir”, indica HSBC. “El gigante asiático supone solo el 0,66% de las inversiones españolas en el exterior y la inversión española únicamente representa el 0,1% de lo recibido por China”. De momento, ese mercado se queda en el puesto 22 como mayor destino de inversión española y hay 600 compañías implantadas. Queda mucho margen de mejora.

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