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Jamie Dimon, consejero delegado y presidente de JP Morgan.Bolsaman?a/JP Morgan

Jamie Dimon, presidente y consejero delegado de JP Morgan, cree que el reto más importante que enfrenta el banco estadounidense es el impacto de la inteligencia artificial (IA), incluso por delante de los riesgos geopolíticos, las adquisiciones recientes y los asuntos regulatorios. Asimismo, prevé que los tipos de interés pueden alcanzar el 8% "o incluso más".

"Si bien no conocemos el efecto total o la velocidad precisa a la que la IA cambiará nuestro negocio, o cómo afectará a la sociedad en general, estamos completamente convencidos de que las consecuencias serán extraordinarias y posiblemente tan transformadoras como algunas de las principales invenciones tecnológicas de los últimos cientos de años: piense en la imprenta, la máquina de vapor, la electricidad, la informática e Internet, entre otros", ha escrito en su carta anual a los accionistas.

Con el tiempo, Dimon anticipa que el uso de la IA tiene el potencial de aumentar prácticamente todos los puestos de trabajo, así como de afectar la composición de la fuerza laboral. "Puede reducir ciertas categorías de trabajo o roles, pero también puede crear otros. Como lo hemos hecho en el pasado, volveremos a capacitar y redistribuir agresivamente nuestro talento para asegurarnos de que estamos cuidando a nuestros empleados si se ven afectados por esta tendencia", ha indicado.

En este sentido, y reconociendo la importancia de la IA para su negocio, ha anunciado la creación de un nuevo puesto llamado Director de Datos y Análisis que formará parte del Comité Operativo.

"Elevar este nuevo rol al nivel del Comité Operativo, reportando directamente a Daniel Pinto y a mí, refleja cuán crítica será esta función en el futuro y cuán seriamente esperamos que la IA influya en nuestro negocio. Esto integrará los datos y la analítica en nuestra toma de decisiones en todos los niveles de la empresa", ha explicado.

Para Dimon, el enfoque principal no está solo en los aspectos técnicos de la IA, sino también en cómo toda la administración puede y debe usarla. "Cada una de nuestras líneas de negocio tiene sus correspondientes funciones de datos y análisis para que podamos compartir las mejores prácticas, desarrollar soluciones reutilizables que resuelvan múltiples problemas empresariales y aprender y mejorar continuamente a medida que se desarrolla el futuro de la IA", ha agregado.

Con todo, ha advertido que la IA conlleva riesgos que deben gesionarse rigurosamente. "Contamos con un marco de control y riesgo sólido y bien establecido que nos ayuda a adelantarnos de forma proactiva a los riesgos relacionados con la IA, especialmente a medida que evoluciona el panorama normativo".

Dimon también que el uso de la nube tecnológica será esencial para maximizar las capacidades del banco gracias a que permite acelerar la velocidad de entrega de nuevos servicios; reducir simultáneamente el costo de la potencia de cómputo y permitir, cuando es necesario, una cantidad extraordinaria de capacidad de cómputo, llamada computación en ráfaga; proporcionar esa capacidad de cómputo en todos nuestros datos; y capacidad para adoptar nuevas tecnologías de forma constante y rápida porque continuamente se añaden servicios en la nube actualizados.

NAVEGANDO EN UN MUNDO "POTENCIALMENTE PELIGROSO"

En cuanto a la situación política, en su carta Dimon ha hecho referencia a que el mundo puede estar entrando en una de las épocas geopolíticas más traicioneras desde la Segunda Guerra Mundial.

"Es posible que no se entiendan completamente hasta que se hayan desarrollado por completo durante varios años. En cualquier caso, JPMorgan Chase debe estar preparado para los diversos impactos y resultados potenciales en nuestra empresa y nuestra gente", ha alertado.

Asimismo, se ha mostrado preocupado por las presiones inflacionistas persistentes. "En la actualidad, muchos indicadores económicos clave siguen siendo buenos y posiblemente mejorando, incluida la inflación. Pero cuando se mira hacia el futuro, se deben considerar las condiciones que afectarán el futuro. Por ejemplo, parece haber un gran número de presiones inflacionarias persistentes, que probablemente continúen".

Respecto a los valores de las acciones, cree que, según la mayoría de las mediciones, se encuentran en el extremo superior del rango de valoración, y los diferenciales de crédito son extremadamente ajustados. "Estos mercados parecen estar valorando entre un 70% y un 80% de posibilidades de un aterrizaje suave: un crecimiento modesto junto con una disminución de la inflación y las tasas de interés. Creo que las probabilidades son mucho más bajas que eso".

Mientras tanto, Dimon comenta que parece haber un enorme enfoque, demasiado, en los datos de inflación mensual y los modestos cambios en las tasas de interés. "Pero la suerte puede estar echada: las tasas de interés que miran hacia un año o dos pueden estar predeterminadas por todos los factores que mencioné anteriormente. Pequeños cambios en las tasas de interés hoy pueden tener menos impacto en la inflación en el futuro de lo que mucha gente cree".

Por lo tanto, "estamos preparados para una gama muy amplia de tipos de interés, del 2% al 8% o incluso más, con resultados económicos igualmente variados, desde un fuerte crecimiento económico con una inflación moderada (en este caso, unos tipos de interés más altos serían el resultado de una mayor demanda de capital) hasta una recesión con inflación; es decir, estanflación".

Desde el punto de vista económico, ha enfatizado que el peor escenario sería la estanflación, que no solo vendría acompañada de tipos de interés más altos, sino también de mayores pérdidas crediticias, menores volúmenes de negocio y mercados más difíciles.

La crisis de la minibanca de 2023 ha terminado para Dimon, pero pone de relieve que hay que tener cuidado con la subida de tipos y la recesión, no solo para los bancos, sino para toda la economía.

Por ello, en un mundo cada vez más complejo, existe una interrelación vital entre la política económica nacional y exterior, en particular en torno al comercio, la inversión, la seguridad nacional y otras cuestiones. Y, por supuesto, si bien los votantes y el liderazgo estadounidenses establecen la política exterior de Estados Unidos, ser una parte constructiva de la conversación global se ha vuelto más importante que nunca.

"La estrategia, por su naturaleza, debe ser integral. (...) Una estrategia integral implica cuatro pilares importantes, y debemos tener éxito en cada uno de ellos: mantener el liderazgo estadounidense (incluido el militar); lograr el éxito económico a largo plazo con nuestros aliados: fortalecer a nuestra nación a nivel nacional; y profundizar el enfoque y la determinación para abordar nuestros desafíos más apremiantes", ha concluido Dimon.

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