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El expresidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, no ve probable que Reino Unido y la Unión Europea (UE) vayan a acercar posturas en la nueva ronda de negociaciones del Brexit que ha arrancado este martes. De hecho, cree que no hay que guardar esperanzas sobre el acuerdo comercial y apunta a una salida desordenada como el más factible de los escenarios.

"La situación no se está desarrollando en la mejor dirección posible", ha dicho Juncker, que cree que el "no acuerdo es lo más posible y probable y el único resultado de las negociaciones" que se debería esperar. El belga se ha pronunciado así en un evento organizado por la firma de servicios financieros Principal, según recoge CNBC, y muchos toman sus palabras con el rigor de quien las pronuncia,. Sobre todo porque dirigió el brazo ejecutivo de la UE entre 2014 y 2019 y a menudo desempeñó un papel clave en las anteriores negociaciones del Brexit.

Las expectativas de Juncker son bajas dado que no ha habido hasta ahora ningún progreso significativo en las conversaciones comerciales entre Londres y Bruselas, y muchos dudan de que vaya a llegar en las próximas semanas pese al órdago que ha lanzado el primer ministro británico, Boris Johnson, que quiere un acuerdo antes del 15 de octubre.

Sobre todo porque las tensiones han aumentado ante el último movimiento del Gobierno británico, que se prepara para presentar en el Parlamento una legislación que anularía parte del Acuerdo de Retirada que ambas partes firmaron para permitir la salida ordenada y el periodo de transición hasta que se materialice la retirada definitiva de Reino Unido del club comunitario.

La UE ya ha avisado de que la aplicación y cumplimiento del Acuerdo de Retirada es una condición para alcanzar cualquier acuerdo comercial, aunque parece que Johnson está dispuesto a tensar la cuerda todo lo que sea posible para intentar equilibrar la balanza a su favor. El problema, según ha dicho Juncker, es que Reino Unido no "entiende que no hay forma de ser parte del mercado interno sin acordar reglas comunes".

Si no hay acuerdo comercial, eso significaría que a partir del 1 de enero las relaciones entre la UE y los británicos se regirían según las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que en términos prácticos podría aumentar los costes para las empresas de ambos lados.

Bruselas lleva tiempo defendiendo que si no logra cerrar un acuerdo con Londres para la futura relación comercial serían los británicos los que sufrirían más, aunque reconoce que también sería un golpe para la UE.

Por eso la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha lanzado un mensaje a Johnson: "Confío en que el gobierno británico aplique el Acuerdo de Retirada, una obligación según el derecho internacional y un pre-requisito para cualquier asociación futura. El Protocolo sobre Irlanda/Irlanda del Norte es esencial para proteger la paz y la estabilidad en la isla y la integridad del mercado único", ha concluido.

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