vicente calderon

Esta es la segunda vez que el Calderón es testigo de un hecho trágico. Hace 16 años, en las inmediaciones del estadio, un grupo de ultras del Atlético increparon a Aitor Zabaleta, antes de que uno de ellos le apuñalase acabando con su vida.

Aitor Zabaleta era aficionado de la Real Sociedad y su muerte demostró a España la existencia de las facciones hooligans dentro del fútbol español y la peligrosidad de las mismas. Los ataques violentos entre hinchas de equipos rivales no son algo nuevo.

La muerte de Francisco Javier Romero Taboada, “Jimmy”, el aficionado del Depor, no hace más que poner de manifiesto lo delgada que llega a ser la línea que separa la violencia gratuita del fanatismo y la afición al deporte rey.

OTROS CASOS

A la muerte de “Jimmy” y la de Aitor Zabaleta, se suman otras siete que se han registrado en España desde 1982, en las que la afición a un equipo se ha convertido en la razón para una reyerta.

El 2 de noviembre de 1982 José Gómez Rodríguez, vicecónsul de Suecia en Benidorm falleció en Barcelona tras una agresión sufrida por jugadores de una “pachanga” en Pallejá, según informa El Mundo.

El 6 de mayo de 1984 Manuel Luque Castillejo fallecía a consecuencia de su intervención en una discusión en un partido de alevines en Córdoba. Era policía nacional.

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El 18 de agosto de 1990 murió Florentino Dueñas, árbitro de regional, a quien un policía jubilado disparó durante el partido del Motril B y el Calahonda.

Frederic Rouquier, seguidor del RCD Espanyol, falleció el 14 de enero de 1991 por heridas de arma blanca que le propinaron un grupo de skin-heads de los Boixos Bois en Barcelona.

El 12 de marzo de 1994 Emiliano López Prada falleció al apuñalarle un cliente de un bar de A Coruña tras celebrar un gol del Barcelona.

El 8 de octubre de 2003 murió Manuel Ríos, de 31 años, por los golpes recibidos al terminar el encuentro entre el Deportivo de La Cotuña y el Compostela.

Iñigo Cabacas, seguidor del Athletic Club de Bilbao, falleció días después de recibir un pelotazo de goma policial, el 9 de abril de 2012.

Para terminar, dos personas más fallecieron por el impacto de bengalas mientras presenciaban encuentros de fútbol: Luis Montero, el 25 de abril de 2985 y Guillermo Alfonso, de 13 años, que murió el 15 de marzo de 1992.

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