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Fotograma de Roma, de Alfonso CuarónNETFLIX - Archivo

2018 pasará a la historia de la industria del entretenimiento audiovisual como el primer año en el que las plataformas online produjeron más series que las distintas formas de televisión tradicional estadounidense. El principal responsable de que este nuevo servicio haya aumentado sus producciones un 385% desde 2014, según datos de FX Networks Research, ha sido el gran coloso de este nuevo sector: Netflix.

La empresa californiana no tiene planes de dormirse en los laureles y ha logrado recaudar 2.000 millones de dólares en los mercados de deuda para seguir creciendo en los próximos años. Buena parte de ese dinero irá destinado a financiar el asalto de Netflix al mundo del cine, con un proyecto tremendamente ambicioso que aspira a producir 90 películas al año con presupuestos dignos de las grandes superproducciones de Hollywood, de hasta 200 millones de dólares.

Detrás de este plan se sitúa Scott Stuber, el jefe del departamento de cine de Netflix, que ha logrado atraer a la plataforma a nombres como Martin Scorsese, Steven Soderbergh, Guillermo del Toro o Alfonso Cuarón. Este último ha dado el campanazo de salida a la gran apuesta de Netflix por el cine con el estreno de su alabada Roma el pasado viernes.

En una entrevista publicada por el New York Times este domingo, Stuber defendió sus planes de manera simple: “Si quieres construir un gran estudio de cine, tienes que construirlo con grandes cineastas”. Un gran estudio de cine es un concepto que hasta ahora nadie asociaba con las plataformas digitales, pero ahora Netflix es un nuevo motivo de preocupación para Hollywood y la centenaria industria que le rodea, incluido el maltrecho mercado de las salas de cine.

OBJETIVO: LOS OSCARS

Stuber, sin embargo, ha mostrado cierta comprensión con los cines y ha apostado por un modelo que puede servir para todos. Roma se proyectó primero en los cines estadounidense durante un par de semanas semanas antes de estar disponible de forma exclusiva en la plataforma.

Este gesto de Stuber no ha sido gratuito. El gran objetivo de Netflix es que sus producciones estén presentes en la gala de los Oscars, el mejor escaparate publicitario de la industria, y ceder cierto espacio a las salas de cine es un peaje necesario para ello. Algunas voces de peso, como el director Steven Spielberg, ya han opinado públicamente que la oferta de Netflix debe ser considerada televisión.

“En un mundo en el que la elección de los consumidores lo dirige todo - cómo compramos, cómo pedimos la comida, cómo nos divertimos - nosotros estamos tratando de llegar a un lugar en el que los consumidores tengan la opción de ver las películas en una sala de cine”, declaró Stuber al New York Times para, posteriormente, reafirmar la continuidad de los principios básicos de la empresa: “Pero también pensamos que es fundamental que, si no tienes la forma o el tiempo de ir al cine, sigas pudiendo ver las películas sin tener que esperar mucho”.

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