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Los inversores, pendientes de la renta variable en 2022.

2021 ha sido un gran año para la renta variable. Solo hay que ver el comportamiento del S&P 500, el índice de referencia mundial, que ha repuntado un 27% de enero a diciembre. Pero estas cifras globales no esconden la alta volatilidad que han vivido los mercados durante algunas semanas debido a la expansión del coronavirus.

Basta con recordar los vaivenes experimentados por las bolsas de todo el mundo tras la aparición de Ómicron, la última variante del Covid-19 descubierta el 29 de noviembre de 2021. Tras ello, se produjeron sesiones de fuertes retrocesos seguidos de grandes rebotes. Una dinámica que se ha ido repitiendo conforme avanzaba el mes de diciembre y se iban publicando estudios e informes científicos al respecto. Esta situación, según Hussein Sayed, estratega jefe de mercado de Exinity Group, se repetirá a lo largo de 2022.

Este experto concluye que 2021 ha sido un año "fabuloso" en el que los inversores han obtenido un crecimiento de dos dígitos en su capital invertido, ayudados por el continuo estímulo fiscal, las políticas monetarias flexibles, los altos niveles de ahorro durante la pandemia, una robusta recuperación económica y, lo que es más importante para el analista, unos sólidos beneficios empresariales.

Basa sus argumentos en la subida del 20,1% del índice MSCI World, frente al 14,1% de 2020, y el alza de casi el 27% del S&P 500, el índice de referencia mundial, liderado por los valores energéticos, el sector inmobiliario y las empresas tecnológicas de alta capitalización, como Alphabet, Apple y Microsoft.

Sin embargo, no todos los índices salieron beneficiados. El Hang Seng cayó un 14,1% por las medidas reguladoras del Gobierno de China contra los sectores de la educación y la tecnología, "lo que obligó a los inversores a alejarse de estos valores". "Sin embargo, es posible que muchos se sientan atraídos de nuevo por estos sectores tan golpeados, dado lo baratas que son ahora sus valoraciones en comparación con otros mercados", sostiene Sayed.

El experto espera que 2022 sea el año de la "normalización", con el fin de la pandemia y una vuelta a la normalidad por parte de la gente. Pese a ello, existen riesgos para las previsiones alcistas, como la posibilidad de que aparezca una nueva variante del coronavirus más mortífera, una inflación galopante y el endurecimiento de la política monetaria, así como nuevas medidas represivas en China.

Respecto al primero, los casos de coronavirus están aumentando en todo el mundo, produciéndose, de nuevo, limitaciones en los viajes y en el ocio, así como la recomendación de la vuelta al teletrabajo. Pese a ello, Ómicron parece no ser tan agresiva. El experto señala que la mortalidad sigue siendo baja.

"Si esa es la tendencia a seguir, puede que nos estemos acercando al final de la pandemia, pero probablemente sea demasiado pronto para juzgar. La confianza aún puede verse sacudida si surgen nuevas variantes que provoquen nuevas interrupciones en la cadena de suministro y un nuevo aumento del coste de las mercancías", afirma.

En cuanto a las políticas monetarias, cabe recordar que la Reserva Federal (Fed) anunció tras el último Comité de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) que acelerará el 'tapering' en enero, duplicando el recorte en las compras de activos.

"El ritmo del endurecimiento es el comodín y dependerá en gran medida de la inflación", sostiene el analista, que cree que las tres subidas de tipos pronosticadas por los funcionarios del banco central americano para 2022 mantendrán los tipos por debajo del 1%, "lo que es relativamente bajo con respecto a las medias históricas, pero ocurre en un momento en el que se ha contraído mucha deuda y hay una gran cantidad de apalancamiento en el sistema".

Asimismo, el diferencial entre los bonos del Tesoro de EEUU a dos y diez años está por debajo de los 80 puntos básicos. "Si la inflación no retrocede y la Reserva Federal acelera el ciclo de endurecimiento, es probable que veamos la inversión de la curva y, por tanto, que se produzca algún tipo de venta por pánico en la renta variable", dice Sayed, quien cree que es importante vigilar la evolución de la inflación en los próximos meses.

En este entorno tan cambiante, el gasto de los consumidores y los beneficios empresariales son el clavo ardiendo al que se agarra la renta variable para seguir subiendo en 2022. Sin embargo, para este experto hay muchos activos que parecen sobrevalorados en comparación con las medidas históricas, por lo que hay potenciales riesgos en el aire. Es por ello que espera que la volatilidad aumente significativamente conforme avance el año.

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