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Desde 2004 hasta 2009 el universo de bonos corporativos en moneda fuerte de los mercados emergentes se ha duplicado, pasando de 270.000 millones de dólares hasta alcanzar los 600.000 millones de dólares, impulsada por la fuerte expansión económica en las economías en desarrollo. A finales de 2018, ya ascendía a 2,2 billones de dólares según los expertos de MainFirst. Este universo de inversión no produce la misma sensación a los analistas y gestores, algunos ven una oportunidad y a otros les preocupa la capacidad de estos países de responder a eventos adversos.

Hace un año empezaba a acelerarse la actividad económica en casi todas las regiones del mundo, pero "mucho ha cambiado desde entonces" explican los expertos del IEB en sus perspectivas de cara al segundo semestre del año. La recta final del año la esperan "con cierto optimismo". Sin embargo, consideran que "el poco dinamismo" de la inversión en las economías emergentes y en desarrollo "está mermando sus perspectivas de crecimiento".

Así, muestran preocupación por el endeudamiento público en las economías emergentes. "Ha aumentado considerablemente y reduce la capacidad de responder a eventos adversos y financiar inversiones que promuevan el crecimiento", explican. Por ello, proponen llevar a cabo las reformas apropiadas "para fortalecer" la inversión privada y la productividad, "sobre todo en los países de ingreso bajo".

En su informe, los del IEB añaden que en India "un alto nivel de deuda incobrable pesa en los balances de los bancos, principalmente públicos, con activos no rentables estimados en más del 12% a principios de 2019". La elevada deuda corporativa "es un riesgo importante" para la economía de este país y, por tanto, "no es posible descartar un incremento del deterioro de los balances empresariales y los bancos públicos".

OPORTUNIDAD

Sin embargo, los mercados emergentes, en general, son una fuente atractiva para muchos gestores. En concreto, los activos de los mercados en moneda local, provocado por un cambio de rumbo con un dólar más débil.

En este sentido, Stéphane Monier, director de inversiones de Lombard Odier considera que con la incertidumbre actual y el entorno de bajos tipos de interés, así como el cambio en la postura de la Reserva Federal que hace que los recortes de tipos sean factibles "las monedas emergentes y la deuda en monedas locales" superarán el rendimiento de la renta variable emergente.

Hoy en día, son neutrales en cuanto a los activos de los mercados emergentes, "con una preferencia por la deuda local", que proporciona oportunidades de transmisión y liquidez en comparación con la renta variable "que sigue siendo muy sensible al flujo de noticias en torno al comercio mundial" explican.

Mientras que los gestores de MainFirst lo tienen claro “los bonos corporativos de mercados emergentes ofrecen rendimientos atractivos y, contrariamente a la opinión generalizada, hoy en día están menos apalancados que sus homólogos estadounidenses”.

Estos expertos destacan que los fundamentales del crédito emergente están mostrando resistencia a los vientos en contra, como la incertidumbre política, las crisis monetarias o la guerra comercial. Por ello, "el potencial de crecimiento del crédito de los emergentes, sus sólidos fundamentales y sus atractivas rentabilidades, junto con el hecho de que muchos de los bonos en divisas emergentes no están excesivamente correlacionados con los mercados desarrollados, hacen invertir en ellos, siempre con un sólido conocimiento de los mercados y las empresas".

En la misma línea, desde Amundi Asset Management señalan que los mercados emergentes continúan viéndose respaldados por la postura acomodaticia de la Fed y la expectativa de un debilitamiento del dólar. "Aquí, el foco está en la vulnerabilidad" (invertir en los países menos frágiles) señalan.

"Resultará clave en este momento del ciclo", puesto que una menor demanda por parte de los mercados desarrollados podría afectar a ciertos mercados emergentes, concluyen.

Por su parte los de Allianz Global Investors matizan que los desequilibrios estructurales, así como el debilitamiento de la economía, "tendrán un efecto de lastre para la deuda" emitida tanto en divisas fuertes como en moneda local. Pero a diferencia de lo que sucede en muchos países industrializados "los rendimientos reales de los bonos de mercados emergentes son, de media, claramente positivos".

Y las primas de riesgo "resultan atractivas" si se hace una comparación a largo plazo, concluyen.

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