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El oro está en subida libre e incluso ha llegado a marcar máximos de 8 años debido a la incertidumbre por el aumento constante de casos de coronavirus. Su condición de activo refugio está impulsando al metal precioso, pero los expertos han hecho una llamada a la prudencia para que los inversores no se confíen. Y es que, dicen, "hemos visto señales como esta aplastadas repetidamente en los últimos meses".

Son palabras de Craig Erlam, analista de Oanda, que dice que el oro continúa imparable en su avance y ve "algo de amor de nuevo" por parte de los operadores, aunque también remarca que no hay que fiarse de estas subidas porque desde inicios de año el metal precioso ha chocado ya varias veces contra la misma pared.

Una idea que también se desprende de los comentarios de Carsten Menke, analista de Julius Baer. Como dice, "una corta y aguda recesión impactará en el precio del oro hasta los 1.700 dólares por onza", y "será necesario un mayor deterioro del entorno económico para elevar los precios de forma duradera". A su juicio, "aunque los riesgos de los precios a corto plazo están ahora sesgados al alza, seguimos creyendo que a medio y largo plazo las mejoras del entorno económico pesarán sobre la demanda del activo refugio, lo que hará que los precios bajen".

El portavoz de eToro en España, Javier Molina, ilustra de esta forma la situación en la que se encuentra el metal precioso tras los vaivenes que ha experimentado en lo que va de año: "Empezaba el oro el año 2020 desde la zona de los 1.525 dólares. En un entorno donde los principales índices mundiales venían de cerrar un excelente año 2019, el activo refugio por excelencia no parecía estar llamado a grandes movimientos".

Sin embargo, continúa, "la cotización pasó de esa referencia a los 1.700 dólares para, al calor del pánico vivido por el Covid-19, sufrir igual descarga en un momento en el que lo único válido era tener liquidez. Tras la caída hasta la zona de soporte importante de los 1.450 dólares, la onza ha experimentado un alza espectacular que lo ha dejado, en la actualidad, frente a la gran resistencia de corto, medio y largo plazo: los 1.800 dólares", remarca este analista.

Por eso es importante que los inversores operen con precaución. Y es que aunque, como dice Neil Wilson, de Markets.com, "el oro es un claro ganador de la pandemia", lo que ocurra a partir de ahora puede afectar, y mucho, a su desempeño. Sobre todo lo que pase con el mercado de bonos.

PROTEGERSE DE LOS RENDIMIENTOS NEGATIVOS

En este sentido, Hussein Sayed, jefe de estrategia de mercado en FXTM, remarca que "mientras que a muchos inversores no les gusta el oro, ya que no paga intereses, podrían encontrar en el metal precioso una buena alternativa a muchas otras clases de activos" ante las dudas que asolan a los mercados. Este experto considera que el repunte de las bolsas "está perdiendo fuerza y no hay incentivos para que se mantenga el mercado alcista mucho más tiempo", y dado que la renta fija tampoco tiene un rumbo claro y profundiza en los rendimientos negativos tanto en EEUU como en Europa, especialmente en Alemania, el metal precioso podría salir ganando.

"Esto debería convertir al oro en una gran cobertura contra los rendimientos negativos, la devaluación de las divisas, un aumento inesperado de la inflación o la deflación, los malos resultados económicos y las perturbaciones en los mercados de valores", dice el estratega de FXTM.

Y de la misma forma se expresa Wilson. "El oro ha alcanzado nuevos máximos ya que los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU siguen cayendo", apunta este analista, que cree que "el temor a que los bancos centrales mundiales estén alimentando un latente auge de la inflación con agresivos incrementos en la oferta monetaria están actuando como la tesis alcista a largo plazo para el oro".

Insiste en que "la combinación de rendimientos reales negativos y la perspectiva de un aumento de la inflación debido al incremento masivo de la oferta monetaria está haciendo subir los precios del oro", y aunque "en un principio" la pandemia de Covid-19 es "un choque deflacionario para la economía, las consecuencias de esta crisis podrían ser profundamente inflacionarias". Y si eso ocurre, "el oro sigue siendo la mejor cobertura contra la inflación, incluso si las presiones deflacionarias son más pronunciadas".

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