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Los valores tecnológicos fueron los indiscutibles vencedores del mercado bursátil alcista de 2023. En concreto, los semiconductores fueron uno de los subsectores más beneficiados, como reflejan la rentabilidad del Philadelphia Semiconductor Index (SOX), que vivió su mejor año desde 2009 tras repuntar un 65%; otras referencias como el Nasdaq (+40%) o el FANG+ Index (+85%), en las que están presentes algunos de estos valores, también dan fe de su buen desempeño. Superar estas rentabilidades parece difícil, pero algunos analistas creen que 2024 podría ser un año muy positivo para esta industria.

Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell, señala que el SOX está alcanzando "nuevos máximos históricos" a pesar del reciente 'profit warning' de Microchip y de Samsung, los cuales redujeron sus estimaciones para el último trimestre del año; en el caso de este último, el fabricante surcoreano cree que su beneficio operativo podría llegar a caer un 35%. No obstante, eso no ha mellado el ánimo de los inversores ya que, según Mould, "los mercados parecen pensar que los valores de chips de silicio están preparados para volver a brillar".

Asimismo, Mould señala que la actualización de resultados de IQE apuntó a "un mejor impulso en la segunda mitad de 2023" y el informe del cuarto trimestre de TSMC insinuó que se había "tocado fondo" en el ciclo de los semiconductores. Esta semana, apunta, los inversores se fijarán en gigantes del sector como Texas Instruments y STMicroelectronics, que presentarán sus resultados trimestrales y ofrecerán previsiones para el primer trimestre de 2024. También lo hizo Intel... y no convenció en absoluto.

"Expertos del sector como WSTS, IDC, Gartner y SIA creen que las ventas totales de semiconductores cayeron en torno a un 10% en 2023, mientras que el 'capex' se redujo en torno a un 14%, tras el boom y los máximos históricos de ambas cifras en 2022. Sin embargo, se prevé que las ventas mundiales de chips aumenten un 13% en 2024. Los analistas creen que los inventarios se han agotado, no solo en los propios fabricantes de chips, sino también en los distribuidores y los fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés), ya sean fabricantes de servidores, robots, smartphones, coches, contadores inteligentes u ordenadores portátiles", explica.

Asimismo, Mould destaca que se espera que la inteligencia artificial (IA) generativa sea un "motor de demanda", especialmente en la fabricación de chips de vanguardia y de silicio, donde los transistores se empaquetan ahora en obleas con anchuras de tres a siete nanómetros para maximizar el rendimiento y la potencia de estos componentes.

"Los chips de Nvidia, fabricados en régimen de subcontratación por TSMC, se encuentran justo en este extremo de corte y es probable que la batalla entre los modelos rivales de IA de Open AI, ChatGPT de Microsoft y Claude.AI, respaldada por Anthropic, Google y Amazon, impulse la demanda a medida que más y más empresas y usuarios incorporen la IA a sus actividades cotidianas", añade el experto de la firma británica.

¿UN FUTURO PROMETEDOR?

A pesar de las altas rentabilidades, 2023 no fue el mejor año para la industria de los semiconductores. El desbloqueo de las atascadas cadenas de suministro; la relajación de la demanda de 'smartphones' y ordenadores personales; la finalización de los programas de estímulo; o el aumento de la oferta y a las sanciones a China fueron algunos de los factores que se conjugaron para que el pasado año fuese negativo tanto para las ventas mundiales de semiconductores como para el gasto en nueva capacidad de fabricación de chips. No obstante, esto podría cambiar en los próximos 12 y 24 meses.

"Una agregación ascendente de las estimaciones de beneficios para los miembros del índice SOX de treinta valores sugiere que los analistas creen que se avecinan tiempos mejores para los fabricantes de chips (y los fabricantes de equipos de producción de chips). Las ventas totales del SOX aumentarán un 19% en 2024 y un 15% en 2025", señala Mould. En concreto, los ingresos podrían aumentar hasta 91.000 millones en 2024 y hasta 85.000 millones en 2025.

De su lado, el equipo de analistas de Berenberg señala que, si bien la recuperación del 'capex' será algo más limitada en 2024, tendrá una "base más amplia" en el próximo 2025. Así, esperan que el año próximo esta métrica se recupere en las tres principales categorías de la industria de los semiconductores: chips de memoria, chips lógicos y fundiciones (empresas con grandes fábricas que producen chips para otras compañías; TSMC es la mayor empresa de este tipo).

Con todo, Mould advierte que en estas proyecciones pesan demasiado las estimaciones sobre Nvidia y TSMC, de las cuales se espera que generen "la mitad" del aumento previsto para los próximos años. Por ello, cree que los escépticos tienen algo de razón cuando argumentan que la dependencia de la IA por parte de los valores del SOX es un motivo de relativa preocupación, tanto por la muy temprana fase en la que se encuentra esta tecnología como por su dependencia del S&P 500 y, en concreto, de los 'Siete Magníficos', "considerados como apuestas por la IA en mayor o menor medida".

Sin embargo, hay un contraargumento claro para Mould: los miembros de la SOX están mostrando un impulso "mucho mejor" en ventas y beneficios. "Las ventas totales aumentaron secuencialmente tanto en el segundo como en el tercer trimestre de 2023 y los analistas esperarán una nueva mejora en el cuarto trimestre", explica el director de inversiones de AJ Bell.

No obstante, este experto cree que el mercado querrá ver un repunte más "generalizado", sobre todo porque Nvidia y TSMC generaron el 83% del aumento secuencial de los ingresos del segundo trimestre en el SOX y el 70% del realizado en el periodo de julio a septiembre. "Además, la verdadera prueba puede venir en forma de cualquier orientación para el primer trimestre de 2024 (o más allá). Entre ambos, se espera que el aumento previsto de las ventas del 19% para este año impulse un incremento del beneficio neto del 39%", agrega.

A este respecto, Mould recuerda que los ingresos del primer trimestre suelen ser inferiores a los del cuarto por motivos estacionales, por lo que las previsiones son todavía más importantes, especialmente si los inventarios experimentan un inesperado aumento. Cabe señalar que Microchip culpó a la acumulación de chips no utilizados ("o intencionadamente almacenados") de sus clientes del sector de la automoción como el principal causante del 'profit warning', aunque también señaló la "debilidad general" de la economía como otro factor importante.

"Es muy posible que los clientes finales hicieran acopio de componentes críticos cuando las cadenas de suministro se atascaron y Estados Unidos y China iniciaron su guerra arancelaria y comercial. Los inventarios agregados aumentaron en todos los miembros de la SOX a principios de 2023, a medida que las preocupaciones por la recesión se afianzaban y las ventas de teléfonos inteligentes y ordenadores, en particular, caían. Por lo tanto, los balances de los valores de chips pueden ser tan reveladores como sus cuentas de pérdidas y ganancias y las orientaciones que ofrezcan sus directivos para el primer trimestre de 2024 y los siguientes", explica Mould.

En consecuencia, este analista señala que un descenso de los inventarios podría ser una buena noticia, ya que sería indicativa de una fuerte demanda de mercados clave como los dispositivos inalámbricos, la informática, la electrónica de consumo, la automoción o las redes de telecomunicaciones, entre otros. Por el contrario, si el exceso de producción empieza a acumularse de nuevo en los balances, las esperanzas y previsiones de una fuerte recuperación de la industria en 2024 podrían resultar demasiado optimistas. En este sentido, Mould señala que los inventarios, si bien parecen haber dejado de subir, todavía se encuentran en un nivel "históricamente alto".

IMPLICACIONES BURSÁTILES Y MACROECONÓMICAS

Asimismo, este estratega recuerda que la industria de los semiconductores es mucho más importante de lo que el observador casual puede creer. Debido a su ubicuidad, los chips son considerados un buen indicador de la actividad económica mundial, ya que son necesarios para fabricar numerosos productos y su escasez suele venir de períodos de ralentización económica como se pudo observar durante los años de pandemia de Covid-19.

"La opinión generalizada sigue siendo que se producirá un aterrizaje suave en Occidente, si es que llega a producirse. Los temores a una recesión que dominaron 2022, tanto para los valores de chips como para los mercados de renta variable y renta fija en general, prácticamente se han disipado", explica Mould.

Igualmente, las acciones de empresas de este sector suelen ser también un buen indicador del apetito por el riesgo de los mercados. En este sentido, el estratega de AJ Bell destaca que las empresas de semiconductores "suelen estar muy orientadas a las operaciones", por lo que un cambio del 1% en las ventas conlleva un cambio "mucho mayor" en los beneficios netos.

"Como tales, los beneficios pueden ser volátiles y difíciles de predecir, por lo que los precios de las acciones de las empresas se calientan al pronosticar mejoras y un impulso positivo, y retroceden ante las rebajas y la caída de las previsiones de beneficios", relata este analista.

Además, Mould recuerda que el índice SOX ha tenido la "extraña" habilidad de liderar al índice S&P 500; de hecho, el SOX tocó techo antes de que el S&P entrara en un mercado bajista en el año 2000 y 2007 y posteriormente tocó fondo en 2003 y 2009 antes de que la renta variable vislumbrara tiempos mejores. "Donde va Estados Unidos (o el S&P 500), el resto del mundo tiende a seguirle, especialmente ahora que EEUU representa más del 60% de la capitalización del mercado mundial", concluye este experto.

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