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Francisco Reynés, presidente de NaturgyNaturgy
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Francisco Reynés ha hecho gala de una agresiva política financiera desde que aterrizó en la presidencia de Gas Natural Fenosa, rebautizada desde este miércoles como Naturgy. Tanto que no sólo ha puesto las máquinas a funcionar para aumentar el beneficio, sino también para reducir los gastos operativos. El objetivo, recortar hasta 500 millones de aquí a 2020.

Así aparece en la presentación del Plan Estratégico 2018-2022 que la compañía dio a conocer este jueves en Londres ante un nutrido grupo de analistas e inversores internacionales. Según explica Naturgy en el mencionado documento, el objetivo es recortar los 2.500 millones de euros en gastos operativos (opex) registrados en 2017 hasta 2.000 millones para 2022. Se trata, en definitiva, de reducir en 500 millones el desembolso que la energética hace en las partidas destinadas a garantizar su funcionamiento, lo que, según dice, le permitirá mejorar "notablemente" su rentabilidad.

"La compañía mantendrá la optimización de los negocios con nuevas medidas de eficiencia que comprometen una reducción de gastos operativos", asegura Naturgy, que explica que estas eficiencias se centrarán en analizar aquellas actividades 'non core' de la compañía, como ya viene haciendo en los últimos meses, así como en la asignación de las funciones operativas en cada una de las unidades de negocio correspondientes.

En su plan Naturgy deja clara su intención de seguir con las desinversiones, y explica que ya tiene previstas acciones por valor de 300 millones de euros, además de las que acaba de completar, como la venta de sus participaciones en Kangra (con sede en Johannesburgo, Sudáfrica) e Iberafrica (Kenia) por 89 millones de dólares, anunciada este miércoles, justo antes de la Junta General de Accionistas que se celebró en Madrid.

Su objetivo es pasar de estar presente en 30 países a operar en menos de 10. También quiere reducir el balance de riesgos de su negocio, por lo que abandonará los mercados más convulsos o que supongan más riesgos y se mantendrá en aquellos que estén más regulados. Y todo eso lo hará mediante las desinversiones, que le permitirán ahorrar en costes, aunque como da a entender la energética, probable que el 'tijeretazo' que plantea Reynés afecte también a los negocios en los que Naturgy se va a mantener porque cumplen con sus expectativas de rentabilidad.

Sobre todo teniendo en cuenta que el gasto sobre el margen, es decir, el porcentaje que representa el gasto operativo sobre los ingresos, se va a reducir drásticamente en los próximos cinco años. En concreto, pasará del 38,7% de 2017 al 30% fijado como objetivo para 2022. La propia empresa reconoce que el recorte de gastos mediante la optimización de los negocios también se logrará "mejorando aquellas áreas cuyo desarrollo permanecerá en la compañía".

PÉRDIDAS DE 3.000 MILLONES

Pero antes de todo eso la compañía tendrá que enfrentarse a los efectos de otra de las medidas adoptadas por el primer directivo. Este jueves Reynés anunciaba ante los inversores en Londres que la energética acometerá una depreciación de sus activos de 4.900 millones de euros antes de impuestos, y que la misma se aplicará en el primer semestre de 2018, es decir, que se hará 'in extremis' dado que el periodo finaliza este sábado.

Esto llevará a Naturgy a registrar pérdidas en ejercicio de unos 3.000 millones, aunque el presidente quiso quitar hierro al asunto asegurando que los resultados se recuperarán de manera significativa en 2019 y que la decisión adoptada tendrá un efecto positivo en la cotización de las acciones. Y es que, insistió, las pérdidas no afectarán a su operativa al ser puramente contables y de carácter extraordinario.

En concreto, según la compañía, la decisión de revisar el valor de los activo se debe a "los cambios acontecidos en el entorno", aunque este ajuste no tendrá "impacto alguno en la remuneración al accionista y a partir de 2019 tendrá un efecto positivo en los resultados del grupo".

No obstante, no deja de ser llamativo que la energética haya realizado este anuncio y haya puesto sobre aviso al mercado ante los resultados que se encontrarán a finales de año justo un día después de romper la tradición al adelantar a sus accionistas, en la junta, sus resultados de los cinco primeros meses del año. La tónica habitual es que las cotizadas den cuenta de su actividad trimestralmente, de forma que lo que hizo Naturgy fue toda una novedad.

Reynés anunció una recuperación del negocio respecto a los cinco primeros meses de 2017, lo que le ha permitido a la compañía elevar un 34% el beneficio hasta los 481 millones de euros, frente a los 359 millones que la energética había cosechado entre enero y mayo de 2017. Ahora sólo queda por ver cómo se toman los analistas todos estos planes de la compañía.

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