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Dimas Gimeno en la Junta General de AccionistasEL CORTE INGLÉS - Archivo

Este domingo se cerró un nuevo capítulo de una guerra familiar dentro de una de las empresas más grandes de España. El Corte Inglés y su expresidente Dimas Gimeno llegaron a un acuerdo, in extremis. Gimeno recibirá casi 10 millones de euros por su cese, voluntario, de los grandes almacenes. Una cifra que está a años luz de la de César Alierta e incluso de la de Ángel Ron.

Dimas Gimeno asumió el cargo de presidente ejecutivo en septiembre de 2016 dos días después del fallecimiento de su tío Isidoro Álvarez, quien le había asignado como su sucesor en el cargo. Y en 2017, sus primas, hijas adoptivas de Álvarez, quisieron recortar sus poderes y pasó a ser presidente no ejecutivo, es decir, sin poder de decisión. A pesar de ello, Gimeno estuvo casi 4 años como en el cargo. Es decir, los 10 millones de euros, según algunas fuentes, suponen casi 2,5 millones de euros por cada año trabajado.

Pero Dimas Gimeno, además de recibir la elevada cifra, también tiene que retirar la demanda que impugna el consejo de administración en el que se aprobó su cese. Un ‘coste’ que añadir a esos 10 millones de euros.

De las últimas indemnizaciones pagadas entre altos cargos en España, solo la de Juan Luis Cebrián como presidente de Prisa fue más pequeña que la del ya expresidente de El Corte Inglés. La matriz de El País pagó 7 millones de euros al que fuera su presidente durante 6 años. Aquí hay que recordar que Prisa es una empresa con pérdidas de 103 millones de euros, en 2017.

De hecho, el grupo está llevando a cabo un plan de eficiencia con el objetivo de ahorrar 40 millones de euros en los próximos 3 años. La deuda de Prisa es de 818 millones de euros, que con la llegada de Manuel Polan quieren reducir. El sobreendeudamiento del grupo llegó a alcanzar los 1.500 millones de euros.

La diferencia entre estos dos presidentes es que El Corte Inglés, a pesar de que ya no es la única referencia del comercio en España, sigue cerrando sus años con beneficios. De hecho, en 2017 sus beneficios tocaron cifras récord en los 202 millones de euros, que supone una subida del 25%, respecto a 2016. Los últimos resultados completos en los que estará Dimas Gimeno.

Juan Luis Cebrián, expresidente de Prisa, obtuvo una indemnización peor, de 7 millones de euros

ALIERTA Y ÁNGEL RON, INDEMNIZACIONES MUY ALTAS

Pero hay empresas que quieren demostrar de una manera más cuantiosa la labor de los presidentes. Por ejemplo, Ángel Ron, expresidente de Banco Popular, no tendrá indemnización, pero contará con una pensión de 23 millones de euros. Ron recibirá esta prestación de un banco quebrado, que tuvo que comprar Banco Santander por un euro, y que dejó atrapados a 300.000 accionistas. Emilio Saracho, su sucesor, sí que ha renunciado a su indemnización de 4 millones de euros.

César Alierta, expresidente de Telefónica, también fue otro de los presidente que no recibió indemnización, pero sí que aumentó su plan de pensiones cuando anunció su marcha. Es una de las mayores pensiones jamás concedidas a un alto ejecutivo en España. César Alierta estuvo como presidente de la ‘teleco’ desde el año 2000 al 2016.

Cerca de la pensión que cobró Alierta se encuentra la de José Ignacio Goirigolzarri con su marcha de consejero delegado en BBVA. El actual presidente de Bankia recibirá cerca de 53 millones de euros en concepto de jubilación en cuanto cumpla los 65 años, es decir, en febrero de 2019. Goirigolzarri no cobró ninguna indemnización tras su cese, pero contará con esta pensión.

Por su parte, Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, sí que recibió una indemnización abultada cuando dejó la empresa, entre los 9 y 12 millones de euros. Pizarro fue el único miembro del consejo con funciones que cesó tras la opa.

También hay consejeros delegados que devuelven sus indemnizaciones. El anterior consejero delegado del Banco Santander, Javier Marín, devolvió los 10,8 millones que recibió como prejubilación al ser sustituido por José Antonio Álvarez en noviembre de 2014. Esta indemnización estaba sujeta a la condición de no competir con el banco, algo que Marín pretende hacer en la nueva firma de gestión de altos patrimonios que está montando sobre la base de SelfBank, entidad que adquirió en junio.

Lo cierto es que la indemnización de Marín está muy lejos de las recibidas por otros altos cargos del Santander. Su antecesor como consejero delegado, Alfredo Sáenz, se fue en 2013 con 88 millones bajo el brazo tras el polémico indulto que le concedió Zapatero. Una cifra solo superada, precisamente, por el CEO al que Sáenz sucedió: Ángel Corcóstegui, quien ostenta el récord absoluto de la historia empresarial española con 108 millones. Francisco Luzón fue compensado con 65 millones cuando Emilio Botín le obligó a dimitir en 2011.

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